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Henna, un colorante natural con virtudes cosméticas y curativas

Martes, 12 de noviembre de 2013 a las 07:30 pm
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EFE

La henna, ese polvo amarillo o rojo extraído de una planta, es un colorante natural imprescindible para cualquier mujer marroquí, que ha logrado resistir el paso de las modas y las nuevas tendencias cosméticas.

Este polvo, que no se encuentra en los escaparates de perfumerías sino más bien en herboristerías, es apreciado por sus múltiples virtudes cosméticas y curativas.

En español antiguo se llamó "alheña", pero hoy todo el mundo la conoce como henna, una palabra que deriva del árabe "al-hinae" y que es el nombre de un arbusto de la familia de las Oleáceas muy ramificado con hojas pequeñas y muy perfumadas, que crece en climas cálidos y poco húmedos.

En Marruecos se cultiva esencialmente en las provincias de Errachidia y Tinghir, en el sureste del país, tras las montañas del Gran Atlas, donde la producción anual alcanza 600 toneladas, que son comercializadas a nivel nacional.

Del arbusto de la henna se usan esencialmente las hojas, que se secan y se muelen para obtener un polvo que se mezcla con agua hasta formar una pasta untuosa que tiene diversos usos.

Varios herboristas elogian las virtudes de la henna no solo como tinte natural para el pelo sino también por el brillo, vitalidad y fuerza que da al cabello. Además, hay quien no duda en recomendarla para tratamientos anticaspa.

La tonalidad que la henna da al cabello puede variar de entre el rojo caoba intenso para los pelos oscuros, hasta el anaranjado para los rubios o blancos, pero para reforzar uno u otro tono este polvo se combina con ingredientes como la cáscara de granadas, limón, vinagre de manzana y manzanilla.

Además de ser un colorante natural del pelo, muchas mujeres no dudan en aplicar la pasta de la henna sobre el cuerpo como un tratamiento de belleza para la piel por sus virtudes cosméticas.

En un lujoso centro estético en el centro de Rabat, una asesora de belleza llamada Imane asegura que la mayoría de sus clientas piden un tratamiento a base de henna antes del ritual del "hamam" (baño árabe a vapor) para el cuidado de la piel.

"Tiene un efecto benéfico sobre la piel, pues unifica su tono y la deja clara y suave", explica Imane, quien mezcla la henna con jabón "beldi" (tradicional) hasta obtener un ungüento que se aplica durante un cuarto de hora sobre el cuerpo como exfoliante natural.

La henna es conocida también por sus virtudes curativas, y muchos se han acostumbrado a usarla para ciertos problemas dermatológicos, como el pie de atleta o para otros hongos en el cuerpo o la cabeza, debido a su efecto secante.

Otros la usan para bajar la temperatura o calmar los dolores de cabeza, así como para aliviar el ardor de las manos o los pies.

La henna posee además un gran valor cultural al ser ingrediente omnipresente en los eventos sociales y religiosos del país.

En las bodas marroquíes hay una parte reservada para el ritual de la henna, cuando la "neqacha" (tatuadora profesional) se encarga de dibujar tatuajes con la henna en las manos y pies de la novia y de las invitadas, en estas fiestas prenupciales exclusivamente femeninas.

En estos últimos tiempos, comienza a ser común ver por la calle o en lugares turísticos a "neqachas" que ofrecen sus servicios para hacer tatuajes para los paseantes.

La aplicación de los tatuajes con henna ha seguido en Marruecos las últimas tendencias con nuevos dibujos y motivos más modernos en lugar de los tradicionales.

Del mismo modo, se usan colores más intensos con la llamada "henna negra" para evitar el tono anaranjado tradicional que ahora muchas ven como pueblerino.

Sin embargo, muchos dermatólogos advierten contra los riesgos de la henna negra, ya que los productos químicos que incluye pueden provocar reacciones alérgicas a veces graves, lo que hace perder de este modo las propiedades originales y benéficas de la henna natural.

2013-11-13