Redacción 2001.com.ve
Hay cofradías que nunca revelan sus secretos a los no iniciados. Aún así, se convierten en cunas de tradición y conocimiento que perduran por generaciones. Venezuela tiene varias, pero ninguna con seguidores tan devotos como la hípica.
Desde los tiempos de Marcos Pérez Jiménez -e incluso antes-, cuando la alta sociedad caraqueña se "emperifollaba" los fines de semana para asistir a las carreras de caballos en el hipódromo de El Paraíso. El venezolano tiene arraigado el hipismo tanto como el béisbol.
Pero, dicho arraigo está mancillado. Desde principios del siglo XXI, la tradición de asistir a los hipódromos, sellar un 5 y 6 o comprar la Gaceta Hípica disminuido al mismo nivel que la calidad de las instalaciones que algunas vez recibieron a especímenes pura sangre y a Presidentes que entregaban al jinete ganador la copa que honraba su cargo. El trofeo del "Clásico Presidente de la República".
Con un presupuesto recortado desde 1999, el Instituto Nacional de Hipódromos de Venezuela (INH) quedó como un organismo meramente informativo sobre resultados de carreras en el hipódromo La Rinconada. Si uno ingresa a su página Web, sólo encontrará un enlace para ver las carreras en vivo y ningún tipo de información sobre proyectos futuros para el hipismo. Fue sustituido por la Superintendencia de Actividades Hípicas (Sunahip) para la regulación de esta actividad.
En su página Web, la Sunahip alega que este año ha fiscalizado varios centros de apuestas en todo el país.
"Las carreras en La Rinconada se logran por el trabajo de los que amamos este oficio. En el país no hay alimento para caballos, las caballerizas están en pésimas condiciones, los palcos son tendederos de ropa para damnificados y la pista tiene tantos baches que los jinetes corren a su riesgo" comenta un miembro del personal de mantenimiento de La Rinconada que prefiere mantener su nombre en silencio.
Desde 2011 el hipódromo de La Rinconada es un refugio para damnificados. Los pocos caballos que aún están ahí, deben compartir las instalaciones con cocinas improvisadas en los pasillos cerca de las taquillas donde se sellan las apuestas, con cuerdas colgadas entre las gradas para colgar la ropa y una creciente inseguridad que ha obligado a suspender las temporadas de carreras en los años 2012. 2013 y 2014 por conflictos en entre miembros de grupos delictivos que asisten.
“Aquí se ha tratado de hablar con la gerencia para que se muden a las más de tres mil personas que viven aquí. Pero no hemos tenido éxito. No hay ningún control de quién entra aquí. Hemos tenido robos, violaciones y tiroteos entre bandas que vienen desde Coche buscando a delincuentes ocultos entre los damnificados” asegura uno de los pocos vigilantes que aún patrulla el hipódromo. Cuenta pero no quiere identificarse, le duele en lo que se ha convertido La Rinconada pero también teme por su seguridad.
A principios de este año se suspendieron las carreras en los principales hipódromos del país: Caracas y Valencia.
Representantes de los sindicatos que agrupan a los caballerizos o trabajadores de cuadra, denunciaron irregularidades en sus pagos y violaciones laborales de parte de los dueños de los caballos y autoridades hípicas a la contratación colectiva y regulaciones de mantenimiento.
Lo que ocasionó que el primer programa de carreras para este año se suspendiera.
“El pote de premio no se ha subido. En La Rinconada al menos 600 personas dependen de las ganancias que dejen las carreras, pero el INH no ha cambiado la regulación que permita cobrar más y aumentar las tarifas de apuestas para que cada carrera sea rentable. La inflación también nos afecta” comentó uno de los sindicalistas que mantuvo su nombre en reserva.
En los últimos 17 años, la inversión al hipódromo ha sido mínima, lo que se comprueba en el estado de sus instalaciones y falta de equipos.
2016-05-21