El secretario general saliente de la OEA, José Miguel Insulza, cree que el gradual proceso de integración de Cuba en el continente merece "reconocimiento" y dice haber sido "coherente" en su gestión de la crisis en Venezuela, aunque, a su juicio, el organismo no supo afrontar bien ese último reto.
En una entrevista con Efe, Insulza, que el lunes dejará la Organización de Estados Americanos (OEA) después de diez años al frente de la Secretaría General, identificó las crisis en Venezuela, Honduras y Paraguay como los momentos más difíciles de su mandato.
Insulza se despide mañana viernes del Consejo Permanente de la OEA y el martes pasará el relevo al uruguayo Luis Almagro con una convicción: la organización que deja es "mucho más fuerte hoy día, mucho más estructurada" y está "mejor orgánicamente que nunca".
Insulza cree que "es posible" que cuando Almagro abandone su cargo, en mayo de 2020, Cuba sea ya un miembro pleno de la OEA.
Por otra parte la crisis política que se agudizó en Venezuela desde las protestas de febrero de 2014 es uno de los asuntos más "complejos" y dolorosos" con los que le ha tocado lidiar, "porque los países no han querido actuar respecto a Venezuela".
Opinó que el diálogo entre el Gobierno y la oposición "no ha dado ningún resultado", pero los intentos de activarlo han "permitido que finalmente el número de presos políticos en Venezuela no sea tan alto como podría haber sido con la actitud del Gobierno".
Según Insulza, "la mayoría" de las críticas que ha recibido durante estos diez años provenían "de venezolanos, de oposición o de Gobierno", con duras acusaciones del fallecido presidente Hugo Chávez hace unos años y la reciente condena de muchos opositores al Gobierno de Maduro por su gestión de la crisis política actual.
Insulza no cree que Venezuela imponga su voluntad en el Consejo Permanente de la OEA como hace unas décadas hacía EE.UU., una tesis que defienden algunos analistas, pero sí opina que "los países tienen opiniones cada vez más independientes, y por lo tanto no siempre deciden lo que se les digita desde alguna parte".
A sus 71 años, de los cuales 21 en cargos públicos, Insulza no se ha cansado de la política e insinúa que quizá podría interesarle "aconsejar" a otros políticos en su país.
"Mi proyecto por ahora es irme a mi casa, instalarme, instalar mi oficina, y vincularme a la política chilena", resumió. EFE
2015-05-21