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La manifestación popular denominada “La Salida” auspiciado por uno de los líderes más radicales de la oposición, Leopoldo López, cumple hoy tres años.
Aquel hecho, para Luis Salamanca, politólogo y abogado, no sólo movilizó el descontento popular -ante las precarias condiciones de vida que golpeaba a los venezolanos- sino que desató la ira gubernamental a través de la represión hacia los opositores.
“Entre el presidente Chávez (hoy fallecido) y el jefe de Estado Nicolás Maduro se creó un modelo de represión de la protesta totalmente nuevo en la historia del Estado venezolano. Desde 1936, la represión siempre fue responsabilidad del gobierno, nunca se apeló a civiles para que hicieran un trabajo represivo”, asevera.
El experto en Ciencias Políticas subraya que tras la instauración de los círculos bolivarianos que derivaron a grupos de símbolos represivos, el Gobierno ha salido a atacar a las marchas opositoras a “plomo limpio”.
“Los colectivos hacen el trabajo sucio mientras la policía los resguarda, pero en 2014 se vio a los militares en plena acción, también lo habían hecho antes, pero aquí se les vio salir dispuestos a todo”, enfatizó.
Efectos
El profesor asociado en la Universidad Central de Venezuela (UCV) afirma que “La Salida” marcó el inicio de la divergencia interna en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en torno a las opciones para salir de Maduro -a fin de producir un cambio político en el país-, bien sea por una vía electoral o por la movilización popular. “El principal efecto de esa jornada fue para la oposición”, agregó.
Acción de calle
Como segundo punto, el experto señala que el calentamiento de calle producido fue como no había sido después de los años 2002, 2003 y 2004, cuando ocurrieron las marchas más importantes en el país.
Aunque advierte que aquella movilización mostró las difusiones de las llamadas “guarimbas”, que a su juicio, se convirtieron en un problema para la sociedad. “No lograron nada, ahí se demostró que la calle vista como el mecanismo para provocar un cambio de gobierno, no fue efectiva”, asegura.
Liderazgo de López
Como tercer efecto, Salamanca decanta el heroísmo y liderazgo de Leopoldo que deriva del proceso político aunado a su encarcelamiento, “pues meten preso a un líder que viene creciendo, y una vez aprehendido se convierte en figura dentro de la oposición”. “Hoy por hoy, a pesar que no actúa, se ubica de primero en las encuestas”, comenta. Para el politólogo, el estar tras las rejas, ha legitimado al cabecilla de la tolda naranja, “le ha dado un aura de héroe y el ciudadano venezolano aún no se ve a sí mismo como la fuerza política fundamental, sino que busca siempre un referente heroico”, insistió, al tiempo que añadió que Leopoldo López ha logrado perfilar un radicalismo opositor “bastante claro”.
Pugna por el control
Aquella masiva concentración también desató la lucha por el control de la MUD. Según el analista político, nadie lo acepta pero fue así, porque Leopoldo no iba sólo con la intención de alcanzar la salida del Gobierno, sino de lograr un nuevo liderazgo en la Unidad, “él iba a desplazar a Henrique Capriles, fue una jugada de doble intención”, refiere.
Sostiene que a pesar de lo ocurrido, López logró su objetivo de convertirse en líder con su arresto, un líder amarrado, que en cierta parte no ha sido malo, pues “ha crecido en su fama como dirigente sacrificado”. La gran pregunta es: ¿qué va a pasar con él?.
“Especulando un escenario para el año que viene, y de darse una elección presidencial, si el Gobierno suelta a López es para crearle un serio problema a la MUD, porque él va a venir para optar por la candidatura presidencial”, alertó.
Impaciencia popular
Según Luis Salamanca, la idea de López apoyada por la dirigente María Corina Machado y el alcalde Antonio Ledezma de poner en el tapete la vía de salir rápido del actual gobierno, generó un oleaje de impaciencia en el seno de la MUD y en la población venezolana de querer un cambio político de inmediato.
“Produjo la búsqueda constante de una pronta solución a los problemas”, cosa que el Ejecutivo ha logrado evadir.