Antonio María Delgado / El Nuevo Herald
El gobierno chino parece haber abandonado al régimen de Nicolás Maduro a su suerte, brindando solo una vaga promesa de financiar proyectos a largo plazo en Venezuela en vez de conceder el préstamo de emergencia por $16,000 millones, que Caracas solicitaba urgentemente para evitar un colapso económico.
Expertos consultados dijeron que la oferta china de financiar proyectos industriales y energéticos en Venezuela por un monto de hasta $20,000 millones hace muy poco para aliviar los enormes problemas económicos que enfrenta hoy el régimen bolivariano, que requiere de una inmediata inyección de liquidez para compensar la abrupta caída de la renta petrolera.
“Le dieron algo, como para que pudiera declarar algo y no quedar en ridículo”, dijo Orlando Ochoa, profesor de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas.
No les interesa la CVG
El gobierno chino no mostró gran interés en la CVG, según una fuente vinculada al proceso que pidió no ser identificada por temor a represalias.
El gobierno chino manifestó que solo aceptaría la producción de la CVG en garantía si las empresas del conglomerado quedaban bajo su total control, en vista de los elevados índices de corrupción gubernamental vinculados con sus operaciones.
La Faja Petrolifera del Orinoco sigue siguendo el as bajo la manga
A la salida del encuentro con su par, Xi Jinping; Nicolás Maduro anunció que seguirán ampliando un conjunto de nuevos proyectos en la Faja Petrolera del Orinoco. Esos proyectos podrían tomar más de un año en materializarse, incluso bajo las mejores circunstancias.
Pero muchos dudan de la posibilidad de que esos anuncios lleguen convertirse en inversiones concretas, incluso en el largo plazo, dado a que son muchos los proyectos para desarrollar la faja que llevan años paralizados, aún cuando el régimen se ha esforzado por tratar de mejorar sus condiciones.
“Hay un problema central, que es el régimen cambiario”, dijo Ochoa al advertir que nadie está dispuesto a invertir bajo un tipo de cambio oficial tan sobrevaluado como el actual de 11 o 12 bolívares por dólar cuando el tipo de cambio en el mercado negro es de más de 170 bolívares. Aparte de eso es difícil invertir cuando el país carece de un sector estable de contratistas y de proveedores.
“En Venezuela, hoy por hoy, no se consiguen cauchos, ni baterías, ni tubos”, comentó, al resaltar que problemas básicos como esos tiene muchos de los proyectos paralizados.
De todas maneras, lo que Maduro buscaba en Pekín era una transferencia inmediata de fondos, no promesas para el futuro.
“Los chinos ya no están apostando en él”
“El que China no le haya brindado esa ayuda … es una clara señal de que los chinos ya no están apostando en él. No darle una mano en medio de esta enorme crisis es el equivalente de quitarle el apoyo político” señaló Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma Inter American Trends.
El país asiático es uno de los pocos que podría brindarle una mano al atribulado régimen bolivariano, ya que países como Rusia e Irán también están enfrentando sus propios problemas económicos.
Y sería altamente improbable que Maduro recurriera al Fondo Monetario Internacional, convertido en el máximo representante de la maldad y crueldad del capitalismo de acuerdo con la retórica chavista. “Si el llegará a tocarle la puerta al Fondo, su propia gente lo tumba”, comentó De La Cruz.
2015-01-08