Daniela Zarzalejo
En medio de un contexto político y económico complicado para vivir, mañana se celebra el Día Internacional del Trabajador. La inflación, que se “come” los sueldos, hace estos que no alcancen para costear los gastos básicos. Los puestos de trabajos en Venezuela cada vez están más vacíos y los aumentos ya no contentan al empleado.
La coordinadora de Unión Nacional de Trabajadores (Únete), Marcela Máspero, opina que la situación actual de los empleados públicos y privados está “guindando”. Con un Gobierno que considera opresor, propone que se logre la autonomía de las instituciones y la recuperación de los beneficios laborales.
¿Cuál es la situación actual de los trabajadores públicos y privados en el país?
Los trabajadores venezolanos estamos viviendo la peor crisis económica y social de nuestra historia. Estamos abrumados, no solo porque no hay contratos colectivos, salarios o empleos, sino que ahora no podemos tener medicinas ni alimentos, porque están desaparecidos de los anaqueles y monopolizados por el Gobierno. A eso le sumamos que, como pueblo trabajador, estamos activando la calle debido a la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que desconoce las competencias de la Asamblea Nacional (AN). Tenemos trabajadores perseguidos, imputados penalmente y hasta asesinados. Yo estoy a la orden de los tribunales de Carabobo, producto de protestas que hemos realizado. Despidos arbitrarios, reenganches que no se han hecho, cientos de casos con nombre, apellido y cédula de identidad que no han tenido respuesta.
¿Desde cuándo empezó a empeorar la situación de los trabajadores?
Cuando el presidente Chávez asumió el poder, muchos trabajadores pensamos que había la posibilidad de crear mecanismos de inclusión, de bien común, de erradicar la pobreza, mejorar la distribución del ingreso y desde Únete empezamos a apoyar ese proceso. Creímos que iba a haber la participación protagónica de los trabajadores. Sin embargo, en 2009 empezó la persecución y la corrupción. La Central Bolivariana Socialista de Trabajadores (Cbst) se creó en noviembre de 2010 y tuvo vigencia hasta esta semana, cuando Nicolás Maduro se autodesignó presidente de ese congreso. Además decidió tener cuatro secretarios que coordinarán las actividades: Osvaldo Vera, un fracasado exministro del Trabajo; Jesús Martínez, quien también tuvo ese cargo; Juan Arias, ministro de Industrias Básicas y Francisco Torrealba, actual ministro del Trabajo.
Maduro es conocido como “Presidente obrero”, ¿Cree que eso ha ayudado a los trabajadores?
Maduro ha querido manejar a los trabajadores a su antojo y por eso ahora se autodesigna presidente de la Cbst. Sigue imponiendo los mecanismos de aumento de salario, que no son constitucionales. El artículo 91 de la Constitución señala que el salario mínimo tiene que estar ajustado al costo de la Canasta Básica Familiar (CBF), que hoy está en un millón de bolívares. Los empresarios se ponen a correr. Es como que si no tuviéramos derecho como trabajadores a tener alimentación, vivienda, salud, educación y todo lo que requiere mi familia para tener una vida digna. El Gobierno nos quiere someter a un modelo fracasado y utilizan a los trabajadores para un espectáculo. En sus marchas sacan a sus trabajadores, principalmente los obreros, que además no les alcanza el salario porque no les pagan ni siquiera el salario mínimo y mucho menos el bono de alimentación. A pesar de eso, los hacen firmar un listado porque si no, estás despedido. Este Gobierno, que dice ser obrero, solidario y benefactor, nos utiliza para dar imagen de que sigue teniendo pueblo y ya no lo tiene.
La organización Únete apoyó al Gobierno chavista, ¿Cuándo se produjo la separación?
Esa ruptura comenzó a darse en los años 2009 y 2010. Durante el mandato de Chávez, nosotros luchamos para que las empresas pasaran a manos del Estado porque creíamos que habría un cambio de modelo. Con el pasar del tiempo, nos dimos cuenta de que 99% de ellas no producen los insumos o servicios para los cuales fueron creadas. Lo que generan es corrupción y persecución.
¿Esa separación tuvo alguna repercusión para los miembros de Únete?
Por supuesto. En el caso internacional, Únete y otras organizaciones independientes no están acreditadas para participar en la conferencia de la OIT desde hace cinco años. Acabamos de regresar de Bogotá, donde se realizó el Congreso Fundacional de la Alternativa Democrática Sindical de las Américas, una nueva central que surgió. Pero esta central ha sido genuflexa a los llamados gobiernos progresistas y pretenden que los trabajadores, en aras de mantener esos gobiernos de izquierda, tengamos que sacrificar nuestros derechos.
¿Cuáles han sido los casos más alarmantes de maltrato a los trabajadores presentados en los últimos años?
Tenemos un gran número de quejas. El caso de Iván Freites es uno de los que más resuena. Él es directivo de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv) y un año antes de la tragedia de Amuay él introdujo una denuncia sobre la situación de las condiciones de higiene y seguridad industrial de la refinería, al año sucedió el accidente que trajo pérdidas materiales y humanas. El compañero fue castigado y lo despidieron. También existe el caso de La Gaviota, empresa que fue recuperada por Hugo Chávez. Se supone que iba a comenzar a producir y darle beneficios a los trabajadores. Ahora tenemos perseguidos a los compañeros del sindicato, Carlos Narváez y Jorge Bastardo, por el ministro Juan Arias.
Pudiera hablar también de Sidor, Alcasa, Ferrominera o de la antigua Sidetur, donde se siguen dando batallas para producir y los que están al frente son cúpulas de militares, que se han enriquecido con los recursos del Estado. Hay que incluir lo que sucedió con la defensora pública que falleció y los 1.500 trabajadores que firmaron por el referendo revocatorio, nosotros lo denunciamos y pedimos el reenganche.
¿Cuál es el papel de las instituciones venezolanas con el trabajador?
Las instituciones hoy en día no tienen autonomía y eso lo estamos sufriendo los trabajadores desde hace muchísimos años. Desconocen nuestros beneficios y derechos logrados en las contrataciones colectivas. Si habláramos de una en específico, hay que decir que este es el único país donde al pueblo no se le permite llegar a la Defensoría del Pueblo. Además, el Ministerio del Trabajo tiene una política de mantener el retardo procesal y fortalecer el estado de impunidad. Sus trabajadores son los que tienen el peor sueldo.
Estamos en una impunidad absoluta. El Gobierno acude a la violencia y el odio porque ya no le queda gente, y esas son las armas de quien no tiene la razón.
¿Cómo ha sido la relación de Únete con la Asamblea Nacional?
Hemos tenido acercamiento con la AN a través de la Comisión de Desarrollo Social Integral, un espacio en el cual se han llevado los temas de los trabajadores. Introdujimos un proyecto de ley de Libertad Sindical, que esperamos sea discutido y aprobado. También hemos estado participando en el llamado que hizo la AN a 11 sectores sociales del país, para hacer propuestas para restituir el hilo constitucional en el país, a cargo del vicepresidente, Freddy Guevara. Se abrieron mesas donde participan diputados de todos los partidos y todos los sectores de trabajadores. Allí hemos articulado con ellos desde hace un mes, cuando salieron las sentencias 155 y 156 del TSJ.
¿Cuál es la situación actual de los contratos colectivos de los trabajadores en empresas públicas?
Todos los contratos colectivos fueron entregados por el corporativismo sindical patronal y gobiernero, me refiero a la Cbst, que dicen tener los presidentes de las federaciones pero que no tienen nada. El último que se conoció fue el contrato eléctrico del año pasado, donde tenían un tabulador que cuando se aumentaba el salario mínimo, ellos quedaban con un nuevo sueldo más holgado, pero ahora la mayoría ganan lo mínimo y no hay bonificaciones, están casi nivelados en todos los sectores. Hay aproximadamente seis contratos pendientes en distintas empresas. En la administración pública el libreto es el mismo: se firma el contrato y ni siquiera se cumple.
¿Qué repercusiones podría tener un próximo aumento de sueldo?
Cualquier aumento que no nos permita vivir dignamente, no nos va a servir para resolver nuestros problemas. Este es el único país en el que cada vez que se aumenta el sueldo todos nos aterrorizamos, porque no sabemos al día siguiente cómo va a afectar eso. Tenemos una inflación demasiado elevada, dicen los especialistas que estamos en el orden de 150% mensual. Hablar solo de aumento de salario no resuelve el problema. El hecho es por qué el Gobierno hace esos aumentos para no cancelar la jubilación y la pensión del Instituto Venezolano del Seguro Social. Además, se les niega la bonificación que se decidió en la AN para salud y alimentación, que es fundamental que se dé, porque cuando tú me aumentas a 108.000 bolívares la alimentación no computa para las pensiones porque eso es un derecho constitucional. Entonces se lavan la cara con la Constitución, hasta en los derechos sociales.
¿Podría aumentarse el desempleo y la economía informal con un nuevo aumento?
No solamente va a generar despidos, sino que un aumento no va a servir para nada, es sal y agua. Nosotros hemos perdido más de 1 millón de empleos. El empleo es un elemento que pasa desapercibido y que no se toma en cuenta. Los comercios cierran porque ya no tienen cómo reponer inventario, debido a que los productos son importados. Ya no hay poder adquisitivo, ya no hay clase media y además pasan a ser desempleados. De inmediato pasamos al rebusque, la mayoría son comerciantes de comerciantes. La tendencia natural es que tenemos que buscar cómo tener alguna ganancia. Significa que el pueblo está explotando al propio pueblo. Para costearse la CBF se necesitan 36 salarios mínimos. Aunque se ha aumentado el salario 1.693% no es suficiente para cubrir ninguna de nuestras necesidades.
¿Cómo se pueden mejorar las condiciones de los trabajadores venezolanos?
Queremos que se destituyan a los magistrados del TSJ, que se liberen los presos políticos y que se indemnice a los que han sufrido daños morales y materiales. Estamos planteando la necesidad de la separación de los poderes. Nosotros ya tenemos que estar hablando de lo que va a ser el nuevo Gobierno porque ante este, no hay posibilidad alguna ni de discutir contrato, ni de tener los aumentos que necesitamos. Todo lo que teníamos nos lo arrebataron. Nos queda la necesidad de resolver la crisis humanitaria. La iglesia católica puede jugar un papel muy importante para tener un apoyo con el que se pueda salir de los problemas. Tenemos que fortalecer el aparato productivo nacional para que reduzcamos el porcentaje de las importaciones. Además, hay que repatriar todos los millones de dólares que están en el exterior para fortalecer la producción. Sí se puede lograr una mejor Venezuela con el compromiso de todos. El tiempo para recuperar la credibilidad económica, social y política, estará determinado por la actuación que tengan los venezolanos de rescatar al país.
¿Qué actividades hará Únete este 1 de mayo?
Estamos convocando una marcha con gremios de colegios profesionales como el Sindicato Nacional de la Prensa, y el sector salud. Estas actividades son para el beneficio de los trabajadores, pero fundamentalmente es para salir de este Gobierno.
2017-04-29