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La mesa técnica de Plan País Electricidad ofreció un diagnóstico de la situación de este servicio y planteó propuestas a corto, mediano y largo plazo para solventar las fallas del sistema que según la última encuesta nacional de impacto COVID-19, afecta a casi 94% de la población, publicado en un comunicado de prensa.
La llegada del coronavirus a Venezuela viene a empeorar una situación preexistente: la emergencia humanitaria compleja que los venezolanos enfrentaban con la peor crisis de servicios públicos de su historia, que incluye fallas de agua, electricidad, un sistema público de salud desmantelado, escasez de medicinas e insumos médicos, problemas en las telecomunicaciones, fallas de transporte, escasez de gasolina y bogas en bombona, reseña un comunicado de prensa.
El sistema eléctrico venezolano sufre los estragos de un gran deterioro de la infraestructura conformada por plantas de generación térmicas e hidroeléctricas, líneas de transmisión, subestaciones, y sistema de distribución. A eso se suma que Corpoelec es una empresa quebrada, dependiente 100% de las transferencias del deficitario presupuesto nacional, y la severa falta de personal gerencial, profesional, técnico, obrero y administrativo preparado y con experiencia.
En el texto, se lee, que el colapso del servicio eléctrico afecta además directamente el suministro de agua (bombeo, plantas de tratamiento, sistemas de distribución), el funcionamiento de los hospitales y centros de salud, las telecomunicaciones, la producción y conservación de los alimentos, las industrias y el desarrollo de la sociedad.
El área de Electricidad de Plan País recuerda que el colapso eléctrico no empezó hoy. Venezuela tiene al menos diez años sufriendo esta calamidad. El chavismo siempre ha buscado culpables para no asumir su responsabilidad exclusiva en el deterioro creciente del sistema eléctrico, que en 1998 se consideraba el mejor de América Latina.
Todo el país sufre de racionamiento y de continuas averías; sin embargo, los estados Zulia, Táchira, Mérida y Trujillo han sido terriblemente afectados por no contar con suficientes plantas de generación operativas, por falta de mantenimiento y de disponibilidad de gas natural y diésel, y por encontrarse a la cola del sistema nacional interconectado, que trae la energía desde Guayana.
La cuarentena trajo consigo una reducción de la demanda eléctrica. Sin embargo, las fallas del servicio se siguen presentando en todo el país, incluida ahora Caracas, ciudad que el chavismo había tratado de preservar, sacrificando incluso la calidad del servicio en el resto del país. Y es tal la opacidad, que no se conocen las acciones dirigidas a mejorar el sistema eléctrico, más allá de “apagar fuegos” y corregir las averías más notorias.
"El oficialismo no tiene la capacidad técnica ni financiera para resolver la profunda y extensa crisis del sistema eléctrico". Es por eso que la mesa técnica de Electricidad de Plan País se suma al llamado de un Gobierno de Emergencia Nacional, que procure la recuperación del sistema eléctrico, cuyo mapa de acción ha sido diseñado ya por los expertos de Plan País.