Paola Ñáñez
@PaolaGNanez
A falta de poco más de un mes para la próxima Cumbre de las Américas, que se celebrará en abril en Panamá, la crisis en Venezuela y las malas relaciones entre el Gobierno de ese país y el de Estados Unidos amenazan con convertirse en un problema como lo fue Cuba en la anterior reunión, en 2012.
Precisamente la Cumbre de Panamá, que tendrá lugar los días 10 y 11 de abril, será la primera de estas reuniones continentales iniciadas en 1994 a la que asista Cuba, país que hasta ahora no había sido invitado nunca por la negativa de Estados Unidos.
En la anterior Cumbre de las Américas, la sexta, celebrada en Cartagena de Indias (Colombia) hace tres años, la ausencia de Cuba estuvo a punto de hacer naufragar la reunión y ahora hay motivos para temer que en la séptima la piedra en el zapato será el enfrentamiento entre EE.UU. y Venezuela.
A la Cumbre de Panamá ha sido invitado el presidente de Cuba, Raúl Castro, que coincidirá allí con el de EE.UU., Barack Obama.
Para el mes de abril, mes en el que se realizará la Cumbre no se sabe que habrá pasado con las embajadas de EE.UU. en Caracas y de Venezuela en Washington, después del progresivo empeoramiento de unas relaciones bilaterales que están bajo mínimos desde hace diez años.
La tensión entre ambos países se ha agudizado a partir de las críticas de EE.UU. a la situación de los derechos humanos en Venezuela, especialmente tras la detención del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, el 19 de febrero, acusado de participar en una trama golpista.
Este sábado el presidente venezolano, Nicolás Maduro, que acusa al Gobierno de EE.UU. de estar detrás de esa supuesta conspiración, anunció una serie de medidas de "reciprocidad" que desde el punto de vista diplomático ponen las cosas peor de lo que ya están.
Una de las medidas, que siguen a las sanciones aplicadas por el Gobierno de Barack Obama a funcionarios venezolanos a los que considera implicados en violaciones de los derechos humanos, es obligar a EE.UU. a reducir el número de funcionarios en su embajada en Caracas y otra establecer la exigencia de visado para los estadounidenses que deseen viajar a Venezuela, con pago incluido.
Maduro además prohibió la entrada a Venezuela de varios "ultraderechistas" y "terroristas", como el expresidente George W. Bush y los congresistas Bob Menéndez y Marco Rubio.
Hasta ahora el Gobierno de Estados Unidos no se ha pronunciado sobre estas decisiones tomadas por Maduro, pero sí ha señalado que no ha recibido "ninguna comunicación diplomática" al respecto.
Con información de EFE