AP
Una potente explosión al parecer causada por un coche bomba sacudió una estación de policía en una ciudad al norte de El Cairo el martes, matando al menos a 14 personas e hiriendo a decenas más, de acuerdo con la agencia estatal de noticias y un funcionario de seguridad.
El gobierno interino acusó de orquestar el ataque a la Hermandad Musulmana, a la que consideró una "organización terrorista".
La Agencia de Noticias del Medio Oriente (MENA) citó al vocero del Gabinete, Sherif Shawki, al decir que la Hermandad Musulmana mostró su "feo rostro como una organización terrorista, derramando sangre y metiéndose con la seguridad de Egipto".
Ningún grupo se ha adjudicado el ataque en Mansoura, una ciudad a 110 kilómetros (70 millas) al norte de El Cairo. El atentado se registra un día después de que un grupo inspirado en la red al-Qaida exigió a personal de la policía y el ejército a desertar o enfrentar la muerte a manos de sus combatientes.
El grupo, con sede en el volátil Sinaí, y otros se han responsabilizado de un incremento en el número de ataques contra las fuerzas de seguridad desde que un golpe de Estado ampliamente respaldado derrocó en julio al ex presidente islamista Mohamed Morsi, que viene de la Hermandad.
En respuesta, las fuerzas armadas de Egipto lanzaron una ofensiva contra rebeldes en la zona norte de la Península del Sinaí en agosto. Además de la ofensiva y con la salida de Morsi y su encarcelamiento, los investigadores egipcios han decidido enjuiciarlo por sus vínculos con combatientes, acusándolo a él y a la Hermandad de estar detrás de una oleada de violencia en el Sinaí.
De acuerdo con MENA, la explosión ocurrió a la 1:10 de la madrugada en la estación de policía de Mansoura, en la provincia de Daqahliya en el delta del Nilo, y derribó parte del edificio de cinco pisos. Un funcionario de seguridad dijo que 14 personas murieron y cerca de 100 fueron heridas, entre ellas el jefe de seguridad de la ciudad. La mayoría de quienes murieron en el atentado eran policías que se hallaban en el interior del edificio y sus cuerpos quedaron atrapados bajo los escombros.
El primer ministro egipcio Hazem el-Beblawi describió el ataque como un "incidente terrorista" y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas al tiempo que prometía que los perpetradores "no escaparán de la justicia".