La reputada activista social paquistaní Parvín Rehmán fue enterrada hoy en la ciudad de Karachi, en el sur de Pakistán, un día después de su asesinato, que ha recibido duras condenas en el país y se sospecha que es obra del crimen organizado.
Rehmán, que dirigía una organización social en el depauperado suburbio de Orangi, en Karachi, fue asesinada ayer a tiros cuando viajaba en su coche por el barrio de Pakhtunabad, y fue enterrada hoy en esta misma ciudad, de acuerdo con el rotativo The News.
Según dijo a Efe un responsable policial, Mohamed Shahid, la activista murió en el acto tras ser tiroteada por dos hombres que se acercaron a su vehículo en una motocicleta cuando este frenaba antes de entrar en una rotonda.
Las fuerzas de seguridad no han registrado ninguna reivindicación por el asesinato.
Diversos medios locales destacaron hoy la muerte de Parvín, que realizaba desde hace décadas una importante labor social con los miles de familias desfavorecidas que habitan en Orangi.
Según el diario Dawn, la asesinada dirigía el Proyecto Piloto Orangi, considerado la mayor iniciativa de trabajo social del mundo en ‘slums’, nombre que reciben los arrabales donde habitan familias extremadamente pobres en las ciudades asiáticas.
"Condenamos con la mayor energía la brutal muerte de Parvín Rehmán", dijo hoy en un comunicado la presidenta la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP), Zohra Yusuf.
Este organismo calificó a la fallecida como "una de las mayores y más comprometidas defensoras de la causa de los pobres y los desfavorecidos que ha tenido el país", y añadió que trabajó durante 30 años "ignorando incluso las amenazas contra su vida".
De acuerdo con colegas de la fallecida citados por el diario local Express Tribune, la organización dirigida por Rehmán había molestado a algunos nombres poderosos la ciudad al denunciar ventas irregulares de terrenos en los barrios más pobres.
"Había promovido investigaciones sobre usurpación de tierras. Sabía que había personas con apoyos políticos que estaban vendiendo una y otra vez los mismos terrenos y ganando mucho dinero con ello", afirmó al rotativo un miembro del Proyecto Orangi.
Con más de veinte millones de habitantes y pulmón financiero del país, Karachi es la ciudad más poblada de Pakistán y una de las que registra un mayor índice de violencia en el país.
Esta ciudad portuaria es escenario de la actividad habitual de bandas mafiosas y guerrillas urbanas -ligadas a menudo a partidos políticos y grupos étnicos-, lo cual la ha convertido en una de las urbes más violentas del continente asiático. EFE