Zulvyn Díaz
La ausencia inusual y prolongada de Luisa Oleta Martínez en los predios de su residencia, despertó en un vecino y amigo un terrible presagio de muerte que lo llevó a treparse por el techo de la vivienda de su amiga y descubrir la dantesca escena de un crimen que reflejó, entre otras cosas, la violencia y la maldad a la que fue sometida la víctima, los últimos minutos de su vida.
A las 9:00 pm del martes, los vecinos de la Zona I del barrio José Félix Ribas de Petare, comentaban la noticia. El cuerpo de Martínez estaba tirado en el piso de la sala, del que se supone, era el lugar donde más segura y resguardada debía sentirse.
Contrario a esto, a la mujer de 63 años de edad, la ataron de pies y manos, la amordazaron y luego la estrangularon. Pese a que los vecinos no escucharon ruidos fuera de lo común, la casa estaba desordenada y revuelta, indicaron los familiares, quienes desconocen qué objetos de valor fueron sustraídos de la vivienda por los delincuentes.
Martínez era profesora jubilada y vivía sola. Era madre de una única hija que está residenciada en Chile. Funcionarios de la División Contra Homicidio del Eje Este dirigen las investigaciones del caso, para dar con el paradero de los responsables.
-Muerte en la Fajardo
Lizkeyla Molina Rondón salió de su trabajo, en el Ministerio de Planificación y Finanzas, a las 2:30 pm del martes. Caminó hasta la estación del metro Plaza Venezuela para ir hasta su casa en Carapita, junto a su esposo e hija de 16 años de edad.
Al llegar al andén, notó que había un fuerte retraso y decidió trasladarse a su casa en transporte público. A las 3:20 pm, la mujer de 34 años de edad, abordó una camioneta de la línea Unión conductores de Antímano, en la que se subieron 40 pasajeros, entre ellos, tres delincuentes armados y con muy malas intenciones.
Molina Rondón, ocupó uno de los primeros asientos, sacó su celular y avisó a un hermano que “iba en camino para la casa” y que llegaría en pocos minutos. Tras cortar la llamada los tres hombres desenfundaron sus armas de fuego y les exigieron a los pasajeros que entregar sus pertenencias.
Molina Rondón dio su celular, pero presa de los nervios, forcejeó con el malhechor, quien sin vacilar accionó su arma y le propinó una balazo en la cabeza a la mujer, que la dejó muerta en el sitio.
A escasos metros del Distribuidor Paratebueno, de Antímano, el trío de delincuentes arrojaron su cuerpo desde la camioneta en marcha. Se conoció que los agresores, luego de cometer los delitos, le indicaron al conductor que los dejaran en la estación del metro Carapita, descendieron de la unidad y se alejaron caminando.
Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas acudieron al lugar de los hechos para el levantamiento del cuerpo. Transportistas de la línea Unión de Conductores de Antímano, denunciaron el alto indice de inseguridad a la que se someten durante la jornada laboral.
Aseguraron que diaria-mente conductores y pasajeros son asediados por la delincuencia e indicaron que “la vida de todos peligra tengan o no pertenencias para entregar a los ladrones”. Exigieron a la autoridades abocarse a la situación que los aqueja.
2019-05-09
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