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Muere mensajero en El Llanito tras ser herido en Guatire

Domingo, 03 de enero de 2016 a las 07:30 pm
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Darvinson Rojas Sánchez | [email protected]

Mientras compartía con un compadre al frente de una licorería ubicada en la entrada del río El Ingenio de Guatire, en el estado Miranda, fue asesinado Jhoglin José Plasencia Corredor, de 37 años, el primer día del recién comenzado año 2016, cuando dos antisociales llegaron al lugar para para despojarlo de sus pertenencias.

Esa tarde el hombre llegó a la zona para visitar al amigo en su casa. Posteriormente arribaron al local comercial con la intención de comprar algunas bebidas alcohólicas. El par de delincuentes, que iba a bordo de una motocicleta, le exigió a Plasencia entregar un reloj, el teléfono y un anillo que no lograron llevarse, indicaron sus familiares.

La víctima decía que no era de oro, sino una imitación. En ese momento las personas que estaban alrededores notaron lo que ocurría y comenzaron a gritar para alertar que los hampones robaban. Jhoglin aprovechó el alboroto para correr. Uno de los pistoleros le efectuó un disparo en la espalda y segundos después el otro hizo lo mismo.

El compadre del herido lo trasladó hasta la Clínica San Martín de Porras, donde según sus allegados, no lo recibieron por presentar heridas de balas. Lo llevaron al hospital doctor Domingo Luciani de El Llanito, en el municipio Sucre, en una ambulancia de los bomberos.

El amigo llamó al tío del malherido, quien vive en la Zona 6 del barrio José Félix Ribas de Petare. El familiar buscó una moto para llegar al centro asistencial donde vio y conversó con su sobrino cuando era ingresado. “Ayúdame. No me dejes morir que yo no soy malandro”, le suplicó la víctima a uno de los enfermeros.

Esa noche fue intervenido de manera quirúrgica. Sus dolientes no pudieron verlo, pero los médicos les decían que estaba bien. La madre de Plansencia pasó la noche en la puerta de la habitación, donde a las 6:00 de la mañana del día siguiente vio como los galenos que recibían guardia sacaban el cadáver en una camilla.

“No había médico que estuviese pendiente”, expresó Omaira Corredor, tía del fallecido, quien agregó que su sobrino no tuvo ni una cobija para arroparse en la cama del centro asistencial. Jhoglin Plasencia tenía tres hijos y laboraba como mensajero motorizado en una empresa inmobiliaria.

2016-01-04