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Petaquire Río Arriba (La Guaira) es un pueblo de montaña que vive de la fertilidad de sus terrenos: fresas, zanahorias, lechuga, tomate, repollo, ajoporro y cilantro se dan en su frío clima, perfecto para que muchas familias vivan de la siembra. En Petaquire las casas no tienen rejas: hasta hace unos meses era un sitio seguro, donde pocas veces ocurría un hecho delictivo.
Quienes viven allí ahora se encuentran con la desagradable situación de que no pueden ausentarse de las casas, pues los amigos de lo ajeno hacen mercado con lo que consiguen. Hasta cinco robos por noche se dan en la zona, incluso durante los cortes de energía eléctrica que a veces se prolongan por 12 horas o más.
Esther Pereira se quedó atrapada en Caracas cuando decretaron cuarentena. Al regresar a Petaquire descubrió que se habían llevado la bomba de la cual dependía para regar el agua. Días después, en un apagón de 15 horas, se metieron de nuevo al depósito y le robaron una fumigadora, herramientas, llaves hidráulicas y costosos pesticidas. “Por trabajo debo ir a Caracas constantemente, nunca había pasado esto en mi casa y es inaudito tener que amarrarme a Petaquire para cuidar mis cosas. ¿Quién repone lo que se llevaron y la seguridad de la zona?”, lamentó. También intentaron violar la cerradura principal de la casa, pero no lograron entrar.
Muy cerca de la casa de Pereira queda la única escuela del sector, que también recibió la visita de los rateros. Los cables de luz que alimentan el recinto fueron cortados y se los llevaron, dejando sin electricidad a los niños de primaria. Igualmente quisieron robarse la bomba y dañaron las tuberías en un intento de sacar las conexiones. El Ministerio de Educación nunca repuso los cables ni ayudó en el tema: la comunidad hizo una colecta y compró parte del cableado. La policía no apareció por allá.
Peligro inminente
Por ser una zona puramente agrícola buena parte de los habitantes de Petaquire cuentan con mangueras, aspersores, carretillas, venenos, semillas y todo lo necesario para las cosechas. Algunos de ellos han perdido fortunas en una noche, pues cuando se levantan ya se han llevado los implementos.
“Cada rollo trae 100 metros de manguera, y me robaron cinco. Solo en eso fueron 500 dólares. Ni hablar de los torniquetes, creemos que quienes hacen eso son de aquí mismo porque saben lo que se llevan y cuál es el valor. A veces intentan revender por ahí cerca lo que sacan de aquí”, denuncia Yony Marichales. En su casa hay un baño afuera en el patio, donde se refresca tras la faena. Pero hasta el jabón y el papel higiénico se lo han llevado. “Ahora yo no puedo estar tranquilo en mi casa, pues. ¿Hasta dónde va a llegar Petaquire?”.
Otros vecinos han vivido lo mismo, y hasta peor. La casa de la maestra Josefina no solo fue robada, sino que una vez vacía la quemaron. Es un secreto a voces quiénes son los ladrones, pero denunciar parece no ser una solución. En la sede de Polivargas ubicada en El Junquito comentan que ellos solamente pueden atender una “emergencia” pero no recibir denuncias cuando ya han transcurrido más de 24 horas de un robo. Prefieren derivar la responsabilidad al CICPC de La Guaira, pese a que salir de Petaquire implique tomar dos o tres buses (que por cierto escasean o trabajan en horarios irregulares). Debido a esto muchos de los afectados (que no quisieron ser identificados) consideran que es más efectivo organizarse y tomar justicia por sus propias manos. “Si los linchan nos libramos de eso y ya nadie más vuelve a robar, eso escríbelo”, aseguran.
La comunidad de Petaquire Río Arriba pide encarecidamente a las autoridades tomar cartas urgentemente en el asunto, pues no quieren que el caserío se convierta en un sitio lleno de azotes ni en guarida de malvivientes. Exige que haya patrullaje y que se investigue hasta el fondo para que los responsables vayan a prisión.
Incomunicados
A los problemas ya mencionados se une la tragedia de las comunicaciones. Ninguna de las líneas funciona, ni privadas ni públicas. Esto también se ha denunciado pero nunca han solucionado el problema. Quien vive allá está aislado y no puede pedir auxilio en una emergencia. “Imagínate que tenga a unos ladrones en la casa y yo necesite ayuda. ¿Cómo carrizo voy a llamar a la policía si ni siquiera hay señal? Es ridículo, tendría que ponerme a gritar por una ventana y así me matan”, denuncia Xiomara Gutiérrez. “Aumentan a cada rato las tarifas, dicen que la gente es pichirre por quejarse pero lo que hacen es estafar, porque esos teléfonos son un adorno. No puedes llamar ni mandar mensajes, Movistar, Digitel, Cantv y Movilnet no sirven”.
2020-06-22
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