Redacción 2001 con información de AP
El pasado 13 de agosto el Nuevo Herald publicó un video aficionado que mostraba la supuesta ejecución de una persona por parte de efectivos de la policía de Aragua.
El caso tuvo eco en las redes sociales, los medios nacionales y el propio gobierno, que ordenó la detención de varios funcionarios.
La agencia Associated Press publica hoy una crónica de los hechos anteriores al momento grabado, que se inicia muy temprano con un tiroteo entre la policía y una banda de asaltantes que fueron sorprendidos in fraganti.
Los trabajadores de la zona industrial de San Vicente en Maracay permanecieron escondidos durante horas en baños y armarios hasta que cesaron los disparos. El último de cuatro asaltantes, un hombre ligeramente fornido que llevaba botas amarillas de caucho, se rindió en la azotea y gritó: "¡Cristo salva!".
La policía lo subió a un camión y comenzó a retirarse. Sin embargo, los testigos observaron desconcertados cómo el vehículo regresó al poco rato.
En un vídeo que grabó en secreto un testigo se ve a un grupo de policías que conducen al hombre a un callejón con paredes de concreto en el que tres compañeros del detenido yacían muertos. Los policías lo sujetaron para que no escapara y después le dispararon a quemarropa.
En el vídeo no se ve el momento de la muerte de los otros supuestos ladrones, pero dos testigos dijeron que antes, en la mañana, los agentes tenían a los tres hombres colocados en hilera frente a una pared mientras les apuntaban al pecho con pistolas.
En este caso de los cuatro asesinados, las autoridades habían dicho inicialmente que los hombres murieron durante un enfrentamiento a tiros que se desató cuando la policía los sorprendió robando un taller. Sin embargo, cuando el video fue filtrado al periódico en español El Nuevo Herald, con sede en Miami, ocho agentes fueron arrestados y acusados de homicidio.
El mismo día que el video de Maracay fue filtrado al periódico del sur de Florida, hombres atacaron con armas automáticas una estación de policía cercana al lugar donde ocurrieron las ejecuciones. Los agresores mataron a un agente e hirieron a dos en el ataque en lo que numerosas personas del lugar creen fue un acto de represalia.
Las marcas de los impactos de las balas continúan en las paredes blancas de la estación de policía, donde los restos de un camión de la policía cuyos vidrios fueron destruidos por los disparos obstruyen la entrada.
Los trabajadores en la zona industrial fueron renuentes a condenar las ejecuciones de los cuatro supuestos asaltantes, aun cuando tuvieron que limpiar los manchones de sangre.
Dijeron que los asaltantes los han robado durante años a pesar de las cercas eléctricas, las cámaras de vigilancia y los pagos semanales que le hacen a una pandilla delictiva y a la policía para que los protejan.
Andrés de la Cruz, que dice que vio que la policía le apuntaba sus pistolas contra tres hombres puestos en fila contra una pared de concreto, dice que aún está tratando de olvidar esa mañana de pesadilla. Sin embargo, dijo que estaba contento pues desde entonces no hay robos.
31-08-2015