Anyela Torres
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Con el aumento de los índices delictivos en Venezuela, la búsqueda de sistemas y servicios de seguridad privada en empresas, comercios y edificios deberían incrementarse, en aras de evitar siniestros. Sin embargo, la realidad económica dicta otro guión. Las agencias dedicadas a satisfacer estos servicios indican que sus asistencias y variedad de clientes ha menguado considerablemente.
Las razones, según comentan gerentes y trabajadores de las mismas, se deben a los altos precios que representa la contratación de estos.
Un ojo de la cara. Un circuito cerrado de cámaras sencillo, por ejemplo, puede llegar a costar Bs 250.000, sin la instalación.
En el mercado hay cámaras que se expenden por unidad y sus precios pueden ir desde los Bs 35 mil, hasta los Bs 200 mil cada una.
El grabador de video digital, o DVR, por sus iniciales en inglés, de 8G no baja de los Bs 200 mil.
El disco duro de 4G, puede conseguirse desde Bs 117 mil. Y un monitor de 12 pulgadas (tamaño mínimo obligatorio), saldría en Bs 127.000
El cableado y la instalación del dispositivo tiene un costo aparte, dependiendo de la complejidad del mismo; podría pagarse entre Bs 150 mil y 230 mil.
En el caso de los cercados de alambres eléctricos, estos pueden adquirirse desde los Bs 800 mil, sin la instalación.
A todo riesgo. Los servicios de seguridad presencial, como escoltas, dependen del modo en que este haya sido contratado.
Francisco trabaja como escolta desde hace más de nueve años. Indica que los que laboran protegiendo a los altos personeros del Gobierno cobran “muy poco”; mientras las empresas privadas pagan más del millón al mes.
La tarifa para trabajos particulares se consiguen desde 300 mil bolívares en adelante, más utilidades, seguro, y bonos extras.
El porte de las armas es todo un tema. Francisco asegura que para conseguirlas hay que tener contactos, y, confiesa, “de vez en cuando hacer trampas”, ya que en Venezuela no hay armerías, y en Fuerte Tiuna se prohibieron las ventas.
Para adquirir un arma de fuego, indica, se puede cancelar desde Bs 2 millones en adelante. Eso sin contar con el permiso legal para el porte de armas, el cual supera el millón de bolívares.
Protección en dólares. El blindaje de vehículos, por su parte, se paga en dólares.
En la empresa Santa Cruz Blindajes, por ejemplo, el monto regular que pagan sus clientes por este producto es de 60 mil dólares.
Este monto varía según el nivel de protección que el cliente desee, el cual se mide por especificaciones como: tipo de arma, calibre de la bala, masa, largo del camión, velocidad y cantidad de disparos.
Por blindar un vehículo de cuatro puertas (sedán), el monto a cancelar va desde los $6.500 y 18.00; el de una camioneta desde $18.500 y 20.500; y una camioneta Pick Up desde $15.500 y 16.500.
Y ahora, ¿quién podrá ayudarme?
La Gran Caracas está repleta de edificios, urbanizaciones y conjuntos residenciales, algunos de ellos sin dispositivos de seguridad de ninguna clase, otros sólo limitados a cercos eléctricos o vigilantes, y contados con los dedos los que gozan de, al menos, tres instrumentos de seguridad.
Isabel Madriz vive en La Florida. Es una de las afortunadas que habita en un edificio que cuenta con vigilancia física, alarma y alambrado eléctrico.
Relata que la incorporación de los mismos no lleva siquiera un mes, y por ellos tuvieron que pagar una cuota adicional al condominio de Bs 42 mil.
Agrega que anteriormente contaban con tres vigilantes, pero ahora redujeron el personal a uno, quien sólo trabaja por las noches. “Le pagamos salario mínimo más los cestatickets”, dijo.
Las razones de incrementar la seguridad en su residencia se deben a que han sufrido algunos percances como hurto de vehículos y otras pertenencias.
Gabriela González, quien vive en La California Norte, cuenta hace pocos días se metió un “choro” y atracó a un señor mayor; a raíz de ello decidieron colocar cercos eléctricos y cámaras de seguridad.
De condominio cancela Bs 6 mil mensuales, sin embargo, cree que el valor podrá aumentar con el implemento de estos dispositivos.
En el edificio Rubens, situado en Sabana Grande, colocaron un cerco eléctrico hace unos 6 meses. Natacha Daher indica que fue porque se metieron en dos pisos.
Apunta que la instalación del sistema les costo Bs 600 mil.
“No tenemos nada que nos ampare”, expresó Alexander González, quien vive en un edificio en El Paraíso desde hace dos años.
Explica que desde que se mudó a esa residencia sólo han contado con un par de cámaras de vigilancia que no funcionan.
“No creo que las reparen o coloquen nuevas, no todos los vecinos podrán cancelar el aumento de condominio”, dijo.
Maribel Contreras vive en Los Palos Grandes, dice que su condominio mensual es de Bs 80 mil mensual, y cuenta con 4 vigilantes para el control de acceso.
Señala que por sus servicios estos devengan salario mínimo, un bono extra, y cestatickets y relata que este personal tiene casi tres meses sin sus beneficios.
Un mal necesario
Según relata un trabajador de una empresa de seguridad, que prefirió declarar bajo reserva, este factor representa una incomodidad obligatoria para toda empresa u organización que esté asegurada.
“La seguridad es como un mal necesario, si tú tienes una empresa, y no tienes vigilancia y pasa un siniestro, lo primero que te va a decir el seguro es si tienes seguridad, si no la tienes, ellos se lavan las manos. Así tengas muchos bienes, dinero, mobiliarios y hayas perdido mucho en el suceso, pero si no cuentas con vigilancia, el seguro no te va a reponer nada”, aseguró el empleado.