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Erick s. González caldea
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Familiares de nueve de las doce víctimas fatales de la masacre de Barlovento -ingresadas a la morgue de Bello Monte el vienes 25 de noviembre- retiraron sus restos para darles cristiana sepultura durante la mañana del martes, luego de 46 días de dolor y sufrimiento.
Los deudos llegaron a las instalaciones de la medicatura alrededor de las 8:30 de la mañana. En fila india, y escoltados por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana, fueron directo a la morgue, sin dar ni un respiro para poder hablar con los medios de comunicación.
A pesar de que la promesa era que los cuerpos iban a ser entregados durante la tarde noche del lunes, algunos parientes prefirieron no recibirlos presuntamente por el impedimento de las autoridades para mostrar los cadáveres en físico de aquellos hallados el viernes 25 de noviembre, en una fosa común del sector El Café, en Miranda.
“Recibimos denuncias de algunos familiares, que durante la noche del lunes los funcionarios los exhortaron a retirar los cadáveres sin que ellos pudieran constatar que eran sus difuntos. Y de no hacerlo, iban a optar por enterrarlos en una fosa común”, aseguró Teodoro Campos, diputado de la Asamblea Nacional, a su llegada a la morgue de Bello Monte.
Señaló que la medida no fue cumplida puesto que solo entregaron nueve cadáveres, mientras que los otros tres se mantienen sin identificar. “Vale acotar, que aún están desaparecidos dos de las víctimas Yulmar José Rengifo y Freddy Hernández. Hay inconsistencias en los datos”.
Sin show
Sin partidización política ni un espectáculo de medio tiempo, pidieron familiares de las víctimas de la masacre que le traten su dolor. “No queremos que esto se convierta en un show donde cualquier persona pueda opinar a su favor”, señaló Pedro Silva, tío de uno de los masacrados por efectivos del Ejército Venezolano.
Carlos Gabriel Marchena Silva, de 20 años, era sobrino de Silva quien, con fervor, y sin una pizca de miedo, hizo un llamado al Gobierno Nacional para que revise los operativos de Liberación del Pueblo (OLP), “donde se lesionan los derechos de los ciudadanos, y tengamos un mejor sistema de educación porque hay una descomposición social”.
En medio de su dolor, relató que a su sobrino Carlos Gabriel lo agarraron en el porche de su casa, mientras compartía con sus amistades, el 13 de octubre, a las 6:30 de la tarde, en el barrio La Peica, de Caucagua.
Al menos ocho efectivos del Ejército llegaron al sitio, se identificaron como OLP, y comenzaron a arremeter contra los hombres de la casa. En una patrulla de la milicia se llevaron a Carlos y a un vecino, el cual fue liberado tres días después de los hechos, hasta la quinta Café, ubicada en el municipio Acevedo, estado Miranda.
40 días después luego de denunciar ante la Fiscalía, Defensoría del Pueblo, y diferentes comandos policiales hallaron los cuerpos de 12 personas, en estado de descomposición; entre ellos el joven de 20 años, que dejó un hijo de cuatro años de edad.
“Mi sobrino era una persona trabajadora. Era comerciante”, sostuvo Silva, que junto a otros familiares de las víctimas se llevaron a sus allegados en furgonetas del Ipfa, hasta los cementerios, donde fueron sepultados.
2016-11-30