La justicia neoyorquina impuso una fianza de $4 500 dólares en efectivo a Pei Chung, una mujer de 34 años que ganó notoriedad en Brooklyn por consumir costosos banquetes en restaurantes exclusivos sin intención de pagar la cuenta.
Las autoridades arrestaron a la autodenominada creadora de contenido el pasado viernes en Williamsburg, luego de que se negara a cancelar una factura de $149 tras su cena, sumando así otro incidente a un historial delictivo que ella misma se encarga de documentar en sus redes sociales.
Esta medida judicial marca un cambio importante en el tratamiento de su caso, dado que anteriormente la acusada enfrentaba cargos menores por robo de servicios y recuperaba su libertad con rapidez, lo que le permitía reincidir casi de inmediato para mantener activo su blog gastronómico.
Denuncias
Diversos propietarios de negocios en la zona han comenzado a identificar su modus operandi, el cual consiste en vestir ropa de marcas como Gucci o Prada para proyectar solvencia económica antes de alegar falta de fondos al momento de pagar.
Alex Arias, dueño del local de fusión Chinaloa, detectó estas señales y le negó el servicio tras confirmar su identidad, llegando incluso a alertar a otros comerciantes de la calle a gritos para evitar que cayeran en la estafa según informó Telemundo Chicago.
Su recorrido incluye el famoso asador Peter Luger, donde intentó saldar una deuda de $150 ofreciendo artículos personales como tijeras de cocina a modo de trueque.
También en el restaurante italiano Baccia & Abracci, cuyo propietario, Mimmo Cappiello, decidió alimentarla gratuitamente con pizza y pasta por compasión, aunque se vio obligado a expulsarla cuando ella exigió llevarse un filete crudo adicional para cocinarlo en su casa.
Caso
Los registros policiales indican que los oficiales detuvieron a Chung más de media docena de veces durante el último mes, consolidando su reputación como la "Anna Delvey de la alta cocina" entre los trabajadores del sector hospitalario.
La acusada permanece representada por un defensor público y guarda silencio ante las solicitudes de prensa.
Mientras, los empresarios locales manifiestan su indignación ante un sistema que perciben como injusto para los pequeños negocios que deben absorber las pérdidas económicas de estas estafas recurrentes.
La situación mantiene en alerta al gremio gastronómico de Nueva York, que espera que la nueva fianza impuesta frene definitivamente la ola de fraudes que afecta la rentabilidad y la operativa de los restaurantes de moda en el condado.
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