El envejecimiento es un proceso biológico natural que ocurre debido a múltiples factores, entre ellos, el desgaste celular, la acumulación de daños en el ADN y la disminución de la capacidad del cuerpo para regenerarse.
Uno de los cambios más visibles es la disminución en la producción de colágeno, una proteína esencial que brinda firmeza y elasticidad a la piel, los huesos y otros tejidos.
A partir de los 25 años, el cuerpo empieza a producir menos de esta proteína de forma gradual, y este descenso se acelera con la edad. Factores como la exposición al sol, el tabaquismo, una dieta pobre y el estrés también contribuyen a su deterioro.
La actividad de los fibroblastos, las células responsables de producirlo, disminuye con el tiempo. Como resultado, la piel pierde elasticidad, aparecen arrugas y los tejidos conectivos se debilitan. Aunque es un proceso inevitable, ciertos hábitos pueden ayudar a ralentizarlo.
Tuna y belleza
La tuna, fruto del nopal, no solo es deliciosa, sino que también es un potente aliado antienvejecimiento gracias a sus nutrientes. Rica en vitamina C, antioxidantes y flavonoides, favorece la producción natural de colágeno, proteína esencial para la firmeza y elasticidad de la piel.
Según el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán en México, la tuna contiene altos niveles de betalaínas y polifenoles, compuestos que protegen las células del daño oxidativo, una de las principales causas del envejecimiento prematuro.
La vitamina C, por su parte, es clave en la síntesis del colágeno y en la reparación de tejidos, como explica la dermatóloga Dra. Ana M. Truchuelo, colaboradora de la AEDV (Academia Española de Dermatología).
Consumir tuna fresca, en licuados o ensaladas, permite aprovechar sus beneficios. También puede aplicarse el gel del nopal (obtenido de las pencas) como mascarilla facial, ya que hidrata y mejora la apariencia de la piel.
Estudios publicados en Food Chemistry respaldan sus propiedades antioxidantes, señalando su potencial en la prevención del envejecimiento cutáneo. Así, la tuna, tradicionalmente valorada en la cocina mexicana, se convierte también en un recurso natural para cuidar la piel desde dentro y desde fuera.
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