El flúor es una palabra que comúnmente se escucha en las consultas odontológicas; y es que este elemento químico se usa para prevenir las caries sin importar la edad de la persona.
Es decir, este producto genera en los dientes una protección sobre el esmalte y evita su debilitamiento, y minimiza el riesgo de padecer caries y otro tipo de infecciones en la boca.
Concepto de flúor
Este es el elemento químico de número atómico 9, pertenece al grupo de los halógenos y su símbolo es la letra F. Es un gas a temperatura ambiente, de color verde pálido.
También se define como un mineral natural que se encuentra en la corteza terrestre y tiene una distribución extensa en la naturaleza.
Incluso, a este mineral que ocurre de forma natural en el suelo, el agua y el aire, se le conoce como fluoruro, y se ha demostrado que previene las caries dentales.
Su importancia
Además, de prevenir la aparición de las caries, este es el responsable de la formación de los huesos y del esmalte dental.
Cuando las personas utilizan flúor en sus rutinas de higiene bucal, éste se absorbe por los dientes con el objeto de reponer el calcio y el fósforo, y con ello se fortalecen las piezas dentales.
En definitiva, este producto se convierte en una barrera ante el ataque de los ácidos que debilitan el esmalte dental, generan dolor y sensibilidad dental.
Reduce la acumulación de placa bacteriana y la posible aparición de enfermedades periodontales, y, además, evita la inclinación durante la erupción dental.
Sin embargo, debes tener presente que a pesar de los beneficios que aporta en la salud dental, no se debe exceder el uso, ya que puede originar fluorosis, un trastorno en que los dientes se estrían o se manchan de marrón, se vuelven débiles y vulnerable.
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¿Cómo incluirlo?
Su uso es de vital importancia en el cuidado de la salud bucal, por lo que será necesario incorporar en la higiene productos de limpieza oral que contengan flúor, como dentífricos y colutorios.
En caso de querer que sea algo más natural, puedes incorporar en tu dieta alimentos tales como pescados, pollo, coles, lechugas, espinacas, papas, trigo, arroz, nueces y algunas frutas, que contienen flúor mayor o menor cantidad.
Otra alternativa de encontrarlo de manera natural es en el agua mineral, y cuyo consumo ayuda a eliminar restos de alimentos, y combatir los ácidos y la placa bacteriana.
De interés
Los especialistas sugieren que los niños comiencen a ir al odontólogo con la aparición de sus primeras piezas dentales para que se vayan acostumbrando al proceso.
Sin embargo, no se recomienda el uso de flúor cuando son tan pequeños. Ya a partir de los tres años de edad, que ya se encuentran en la boca los 20 dientes temporales, es quizás el momento idóneo para aplicar un tratamiento con sellantes preventivos y barnices de flúor, pero eso lo debe decidir el odontopediatra.
A partir de los seis años, si será necesario que comiencen a usar crema dental con flúor ya que esta sustancia favorece la remineralización de los dientes y el resto de sus componentes facilita la remoción del biofilm dental, ayuda a eliminar las manchas y hasta refresca su aliento.
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2023-01-17
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