La diverticulitis es una inflamación o infección de unos pequeños sacos llamados divertículos que se forman en la pared del intestino, especialmente en el colon. Estos sacos pueden desarrollarse con la edad, una condición conocida como diverticulosis. Cuando uno o más de estos divertículos se inflaman o se infectan, se produce la diverticulitis.
Las causas no se conocen completamente, pero se asocian con una dieta baja en fibra, lo que puede provocar estreñimiento y aumentar la presión en el colon. Esto favorece la formación de divertículos y su posterior inflamación. Otros factores de riesgo incluyen el envejecimiento, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y ciertos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroideos.
Reconoce sus síntomas
Los divertículos tienen una mayor frecuencia de aparición luego de los 50 años, y en muchos casos no causan molestias y se detectan de forma incidental, pero entre el 20 % y el 30 % de quienes los tienen sí desarrollan síntomas.
Entre los más comunes se encuentran el dolor o molestia en el lado inferior izquierdo del abdomen, a menudo tipo cólico que mejora al evacuar o liberar gases. Distensión abdominal, hinchazón y gases y la alteraciones del tránsito intestinal (estreñimiento o diarrea).
Si los divertículos se inflaman o infectan (diverticulitis), pueden aparecer fiebre, náuseas, vómitos, cambios más marcados en el intestino y, en casos graves, complicaciones como abscesos, perforaciones, fístulas, sangrados o sepsis.
Para prevenirlos lo recomendado es seguir una dieta rica en fibra (frutas, verduras, cereales integrales, entre 30 a 35 g ramos diarios) y mantenerse bien hidratado. Evitar el sedentarismo y mantener un peso saludable, así como también reducir el consumo de carnes rojas, grasas y bebidas con gas.
Tratamientos por caso
En diverticulosis sin síntomas: seguir dieta rica en fibra, mantener hidratación, ejercicio regular. Pueden usarse suplementos, probióticos y antiespasmódicos para aliviar molestias.
Con síntomas leves: además de la dieta, analgésicos, antiespasmódicos, rifaximina, probióticos o mesalazina según indicación médica.
Diverticulitis: tratamiento con antibióticos y reposo digestivo; dieta con bajo residuo en fase aguda y reintroducción paulatina de fibra.
Casos complicados: pueden requerir cirugía, a veces electiva tras múltiples episodios recurrentes.
Visita nuestra sección Variedades
Mantente informado en nuestros canales