La endometriosis es una enfermedad inflamatoria crónica donde el tejido endometrial se produce fuera de la cavidad uterina. Investigadores presumen que tiene una causa genética, altera el sistema inmunológico y depende de los estrógenos.
“La endometriosis causa dispareunia, esto es dolor durante la penetración, sobre todo con la penetración profunda; esto se debe a la invasión de tejido endometrial en los ligamentos, útero sacro y en la zona posterior de la vagina; los cuales poseen gran cantidad de fibras nerviosas; y se expresa porque el coito hace presión a estas estructuras y tejidos”, comentó la sexóloga y psicoterapeuta Ysabel Velásquez al Diario 2001.
Velásquez detalló que el dolor no es solo durante la penetración, puede aparecer durante o después del orgasmo. También puede expresarse como un dolor pélvico crónico.
“La penetración no debe doler ni molestar, si el dolor durante el coito es recurrente puede ser un síntoma para consultar al ginecólogo y este descartará si se debe a la endometriosis”, explica la sexóloga.
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Dos tercios de las mujeres con endometriosis sufren de dispareunia, dismenorrea (reglas dolorosas) y dolor pélvico crónico y esto afecta la vida sexual. Estudios recientes han descubierto que este dolor pélvico puede alterar el ciclo de respuesta sexual femenina y por ello tener miedo al coito, miedo a las relaciones sexuales, bajo deseo sexual y dificultad para alcanzar el orgasmo.
“El miedo a las relaciones sexuales, específicamente a la penetración afecta la autoestima, genera sentimientos de culpa y afecta al proceso de establecerse en pareja, y una vez conseguida, limita la expresión de los deseos y necesidades a la pareja”, enfatiza Velásquez.
Orientación sexológica
La sexóloga Ysabel Velásquez indicó que la orientación sexológica “basada en la terapia cognitiva conductual, ayuda a la mujer con endometriosis a manejar el dolor y buscar rutas de placer que pueda compartir en pareja, a encontrar posiciones para un coito menos profundo”.
De acuerdo a su experiencia, mencionó que el centro del placer femenino “es el clítoris y el llamado punto G que se encuentra a tres centímetros de la entrada de la vagina. Es importante explorar la sexualidad con prácticas distintas a la penetración; mejorar su comunicación en pareja, trabajar en las creencias limitantes y a fortalecer su autoestima”.
Por último, Velásquez recomendó a las pacientes “que sean abiertas con sus parejas desde el primer día, no finjan sus orgasmos, entiendan que esta condición de salud no es su culpa y que se puede alcanzar una sexualidad plena si existe un chequeo médico periódico y una comunicación abierta con su compañero o compañera sexual”.
Recuerda que las reglas dolorosas no son normales y esto no es ningún signo de feminidad.
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