"Blood money": la oscura tendencia de apostar por el ciclo menstrual en la WNBA

Mientras la liga femenina de baloncesto vive su mayor auge histórico, surge una práctica no regulada que utiliza especulaciones biológicas para monetizar.

Domingo, 21 de diciembre de 2025 a las 09:00 pm

El crecimiento sin precedentes de la WNBA en 2025, con récords que superan los dos millones y medio de espectadores, ha traído consigo un fenómeno colateral perturbador. En foros digitales y redes sociales ha ganado tracción el llamado "blood money" (dinero de sangre), una modalidad de apuesta que intenta predecir el éxito o fracaso de las atletas basándose en sus supuestas fases menstruales.

Esta práctica, que no forma parte de los mercados oficiales ni regulados, se basa en la creación de ciclos hipotéticos sin consentimiento ni acceso a datos médicos reales. Los apostadores cruzan estas suposiciones con estadísticas de juego para lanzar pronósticos que reducen el esfuerzo profesional de las jugadoras a una simple variable biológica.

El método detrás del fenómeno

Al no ser un mercado legal, el "blood money" opera en las sombras de internet mediante un proceso carente de rigor:

  • Ciclos inventados: Se asignan fases teóricas a las jugadoras más mediáticas de forma arbitraria.

  • Especulación estadística: Se asume, por ejemplo, que una jugadora en fase lútea tendrá bajo rendimiento, mientras que una en fase de ovulación destacará.

  • Viralización: Creadores de contenido aprovechan coincidencias estadísticas para presumir de "aciertos" y atraer seguidores, lucrándose con la intimidad de las deportistas.

La ciencia desmiente el patrón universal

La comunidad médica ha sido tajante: no existe una base científica que respalde estas apuestas. Aunque equipos de élite monitorean el ciclo de sus atletas bajo estricta supervisión médica para prevenir lesiones y adaptar entrenamientos, el uso de esta información para predecir resultados es inviable.

Estudios del Consejo Superior de Deportes enfatizan que las variaciones hormonales afectan a cada mujer de manera profundamente individual. Mientras que para algunas atletas ciertos cambios son perceptibles, para otras no tienen impacto alguno en su fuerza o precisión. La premisa de que todas las mujeres rinden igual en cada fase es, desde el punto de vista científico, falsa.

Una intrusión en la privacidad profesional

Más allá de la falta de eficacia de la apuesta, el "blood money" ha generado un fuerte rechazo por lo que implica éticamente. Críticos y expertos señalan que esta tendencia conlleva aspectos negativos que empañan el profesionalismo del deporte femenino:

  • Cosificación y falta de ética: Se trata un proceso natural e íntimo como un dato público, ignorando la autonomía corporal de las jugadoras.

  • Doble estándar: No existe una práctica equivalente en ligas masculinas que especule sobre la biología privada de los jugadores para apostar dinero.

  • Invisibilización del talento: Sugerir que el resultado de un partido depende de una hormona resta mérito a los años de entrenamiento, disciplina y estrategia técnica de las profesionales.

El auge de esta tendencia plantea un dilema sobre los límites de la industria de las apuestas. En un momento donde la WNBA finalmente recibe el reconocimiento que merece, la aparición de estos mercados "absurdos" subraya una persistente falta de respeto hacia la privacidad de las atletas, convirtiendo su biología en un espectáculo para la ganancia económica de terceros.

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