La esperada entrega de las hijas de Wanda Nara y Mauro Icardi se convirtió hoy en un nuevo capítulo de conflicto, con la madre aparentemente negándose a acatar la orden judicial que autorizaba al futbolista a pasar siete días con Francesca e Isabella. La jornada se vivió con alta expectativa en las inmediaciones de su residencia.
Un importante despliegue de seguridad se observó desde temprano en el Chateau Libertador, el lujoso edificio donde reside Nara en el barrio porteño de Núñez. Varios medios de comunicación se congregaron en el lugar, anticipando el encuentro pautado para el reencuentro de Icardi con sus hijas.
El futbolista llegó acompañado por su equipo legal, permaneciendo en el garaje del edificio mientras sus abogadas, Elba Marcovecchio y Fernanda Mattera, esta última psicóloga supervisora del proceso de revinculación, ingresaban a la vivienda de Wanda. La tensión era palpable a la espera de una resolución.
Tras horas de incertidumbre, trascendió que Wanda Nara se oponía a la entrega de las niñas, argumentando que las menores lloraban y no querían irse con su padre. Esta postura fue comunicada por las abogadas de Icardi a la prensa, confirmando la resistencia de la madre.
Ante la negativa, se especula con la inminente intervención de las autoridades judiciales y policiales. Mauro Icardi, según fuentes cercanas, se mantendrá en el lugar, decidido a no retirarse sin sus hijas, lo que podría derivar en medidas de fuerza para hacer cumplir la disposición judicial.
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