Funcionarios del gobierno de Estados Unidos se apresuraron este jueves a defender la masiva recolección por parte de la Agencia Nacional de Seguridad de información sobre llamadas telefónicas de una de las principales compañías de telefonía del país, indicando que es una práctica que lleva años en vigor.
Fuentes de la Casa Blanca afirmaron que el programa está siendo monitoreado bajo un "robusto régimen legal" para garantizar que cumple con los requisitos legales.
"Este estricto régimen refleja el deseo del presidente de lograr el equilibrio correcto entre proteger nuestra seguridad nacional y proteger los derechos constitucionales y las libertades civiles", dijo el viceportavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
La senadora demócrata Dianne Feinstein, que preside el Comité de Inteligencia de la cámara alta norteamericana, lo resumió de forma más sencilla: "Se le llama proteger Estados Unidos", declaró.
El gobierno de Barack Obama está tratando de impedir que la nueva revelación del seguimiento de datos telefónicos, adelantada la pasada noche por el diario británico "The Guardian", se convierta en un nuevo escándalo en momentos en que la Casa Blanca lidia aún con acusaciones entre otros de espionaje de periodistas y de grupos ultraconservadores.
El "Guardian" suministró un link con una orden judicial emitida en abril por una Corte de Supervisión de Inteligencia Extranjera secreta, que indica a la compañía telefónica Verizon que debe suministrar cierta información sobre todas las llamadas telefónicas realizadas dentro de Estados Unidos, así como a teléfonos en el extranjero. La orden se aplica a un periodo de tres meses que inició el 25 de abril.
La orden fue firmada por el juez Roger Vinson, de la United States Foreign Intelligence Surveillance Court, y da permiso para espiar a cientos de millones de usuarios telefónicos.
Al parecer, la orden indica a Verizon suministrar toda la "metadata telefónica" sobre una "base diaria", es decir, los números telefónicos de quien llama y de quien recibe la llamada. Afirma que la metadata no incluye nombres, direcciones o información financiera sobre los clientes.
La información permitiría a la Agencia de Seguridad Nacional descifrar patrones de comunicación dentro de Estados Unidos así como entre Estados Unidos y el extranjero. La orden es inusual en el sentido de que no especifica una amenaza o qué grupo está siendo investigado.
El juez citó una clásula de la Patriot Act, la ley aprobada en 2001 tras los atentados del 11 de septiembre, para justificar la orden.
Según explicó hoy Feinsein, la orden judicial a la que se refiere el diario constituye una renovación periódica que le ordena a las compañías telefónicas proporcionar acceso a sus registros.
El líder de la mayoría demócrata en el senado, Harry Reid, subrayó por su parte que este programa de espionaje sirvió para "prevenir no todo el terrorismo pero sí una gran mayoría" de acciones terroristas durante los últimos siete años.
Incluso representantes del partido opositor aseguraron que no se trata de algo nuevo.
"Esto pasa desde hace siete años. Todos los miembros del Senado fueron informados de ello", dijo el senador republicano Saxby Chambliss, según medios norteamericanos.
Aun así, la revelación del rotativo británico provocó protestas inmediatas que continuaron a lo largo de este jueves.
"En la era digital, la privacidad debe ser una prioridad. ¿Soy solo yo o es esta vigilancia secreta obscenamente indignante?", tuiteó el ex vicepresidente demócrata Al Gore.
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) abrió una petición en su página web para reclmar que Obama "detenga de inmediato" esta práctica "totalmente inaceptable". /DPA