EFE
Los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) se enfrentaron hoy a las fuerzas gubernamentales iraquíes en la ciudad de Baquba y otras zonas próximas a Bagdad, adonde se va aproximando cada vez más la violencia.
El Ejército logró frenar la ofensiva extremista -en la que también participan distintos grupos rebeldes- en varios barrios de Baquba, capital de la provincia de Diyala y ubicada a escasos sesenta kilómetros al noreste de la capital.
Los combates en varias áreas de esa provincia vecina a Bagdad causaron la muerte de una treintena de insurgentes, según fuentes militares, que revelaron el número de bajas en sus filas.
Un episodio especialmente sangriento se produjo en la comisaría de Al Mefraq, en Baquba, donde medio centenar de presos murieron por un ataque con proyectiles de morteros lanzados por yihadistas.
Desde que la semana pasada el EIIL tomó el control de Mosul, la segunda ciudad del país, los insurgentes han avanzado hacia el sur del país y han amenazado con conquistar Bagdad y las ciudades santas chiíes de Kerbala y Nayaf.
Mientras los combates se van acercando a la capital, en el norte la situación está lejos de estabilizarse.
En la estratégica localidad de Tal Afar, tomada ayer por los extremistas y situada entre Mosul y la frontera con Siria, los enfrentamientos entre tropas iraquíes y grupos rebeldes causaron hoy la muerte de más de cien extremistas, según una fuente policial de la zona.
Las autoridades enviaron fuerzas antiterroristas y más de 2.000 voluntarios a Tal Afar, donde -según su versión- lograron expulsar a los insurgentes de algunos barrios.
El vicepresidente del Consejo de la provincia septentrional de Nínive, Nur al Din Kablan, explicó que la situación es "trágica" en la localidad por los bombardeos del ejército y los ataques de los radicales, lo que ha llevado a miles de familias a abandonar sus hogares.
Junto a Siria pero más al sur, en la provincia de Al Anbar, hombres armados se hicieron con el control del puesto limítrofe de Al Qaem.
Aprovechando la crisis en el país vecino, supuestos milicianos tribales sirios que combaten al régimen y a los extremistas del EIIL en la localidad siria de Al Bukamal penetraron en territorio iraquí y tomaron el puesto al otro lado de la frontera, según apuntó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Activistas sirios apuntaron que milicianos chiíes iraquíes que luchaban junto al régimen sirio se han retirado a su país para plantar cara al EIIL.
Las fuerzas iraquíes pretenden recuperar sus posiciones perdidas en los últimos días en la frontera con Siria, por donde los grupos armados suelen infiltrar combatientes y armas.
El jefe del Gobierno, Nuri al Maliki, anunció en calidad de jefe del Ejército que ha destituido a altos oficiales que abandonaron sus puestos y permitieron el avance de los extremistas al no dar órdenes a sus subordinados para que ofrecieran resistencia.
Estos responsables, entre los que figuran altos mandos de Nínive y el comandante de la Tercera División de Infantería, Hadaiat Abdel Karim, también serán sometidos a consejo de guerra.
La amenaza yihadista sobrepasa las fronteras y el propio secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió hoy del riesgo de que el conflicto sectario se extienda por la región.
Desde el Líbano, el jefe del grupo chií libanés Hizbulá, Hasan Nasralá, defendió su participación militar en Siria del lado del régimen del presidente Bachar Al Asad porque, de lo contrario, "el EIIL estaría ahora en Beirut".
Por su parte, el Gobierno iraquí calificó de "grave interferencia en los asuntos internos de Irak y un respaldo al terrorismo" las criticas vertidas por Arabia Saudí.
Riad instó ayer a las autoridades iraquíes a formar un gobierno de unidad nacional para poner fin al actual conflicto, del que culpó a las "políticas sectarias" del primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki.
En su respuesta, Bagdad responsabilizó a Arabia Saudí de "la gravedad de lo que sucede en Irak" y le pidió que se interese antes por su propia situación interna. EFE
2014-06-17