Moisés A. Calderón | [email protected]
Es un guión ampliamente conocido el que vivimos en el país, con la crisis como actriz principal. Ese protagonismo indeseado le ha complicado particularmente la existencia a los artistas de teatro que hoy, contra y viento y marea celebran su día., el Día Mundial del Teatro
Con sorna y tras bambalinas , la comunidad comenta que con los gobernantes se han convertido en especialistas en la comedia, mientras que a ellos les ha quedado el drama.
Y no deja de ser cierta la línea del diálogo, porque el artista de teatro es hoy un trabajador que vive intensamente aquel dilema de Shakespeare: ser o no ser, que trasladado a la función de la cartelera significa que este jueves se abre el telón, pero mañana no se sabe, porque a lo mejor no hay luz, el transporte no trajo a tiempo a la gente de la tramoya o al actor principal se le presentó un dolor de estómago y no consiguió el medicamento apropiado.
Patrimonio. Si hay que agradecer la defensa del patrimonio teatral venezolano es a Héctor Manrique. En su rol de director, actor ha repuesto en las tablas piezas como "El día que me quieras" de José Ignacio Cabrujas o más recientemente Los hombros de América, de Fausto Verdial, pasando por la caracterización del rector Edmundo Chirinos en "Sangre en el Diván", que lleva ya cuatro años en las tablas.
Al refleccionar sobre la resistencia del teatro a la adversidad, Manrique coloca en la vanguardia a grupos e instituciones que mantienen viva la ilusión formando y promoviendo elencos como por ejemplo el Grupo Actoral 80 y Skena.
El dramaturgo no deja de mostrar su preocupación por el constante cierre de espacios dedicados al teatro y la utilización de otros recintos a la actividad política.
Migración. Con la disminución de las telenovelas, la migración de artistas a las salas de teatro fue casi automática, solo que la continuidad de la crisis, muchos de ellos tomaron la decisión de probar suerte en los mercados extranjeros.
Otros, limitados por el financiamiento de las obras tomaron el camino de los monólogos y más recientemente, los llamados "stand up comedy", de mucha demanda entre el público joven.
Fiesta a pesar. Sin embargo, el foco que ilumina hoy en su día a actores, actrices, guionistas, directores, sonidistas, luminitos y demás personas que hacen posible la magia, promete una celebración y un gran reconocimiento.
Historia. La primera sala de teatro venezolana se fundó en el año 1784, entre las esquinas Conde y Carmelitas de Caracas por iniciativa del Capitán General de Venezuela, Manuel González Torres, quien mandó a construir el recinto con su propia financiación económica.
El local contaba con capacidad para albergar entre 1500 y 2000 espectadores y tomó como guía para sus presentaciones a los llamados "corral de comedias españolas" e incluso, varios dramaturgos y críticos franceses como J.J Dauxion Lavaysse y François Depons llegaron a la capital para visualizar la inmensidad de los espectáculos presentados..
Evasión sana. El teatro siempre ha representado una de las mejores estrategias utilizadas por los ciudadanos convertidos en espec- tadores para distraer la mente, especialmente en mo- mentos de latente agitación política y social.
Cuando una persona asiste a un evento teatral, sea cual sea su tipo, la desconexión con el mundo exterior es inmediata. Sin embargo, el espacio teatral ha sido poco timidamente valorado por la sociedad venezolana.
La relevancia del legado que otorga el teatro a la sociedad, repunta principalmente en el aspecto educacional y emocional de las personas, debido a que el mismo se encarga mayoritariamente de realizar presentaciones en las cuales se reflejen sentimientos reales o ficticios, historias, emociones y sensaciones de todo tipo que a la postre derivan en un aprendizaje personal sobre cada espectador, aunque sea de manera mínima.
Abogan por la difusión. A pesar de haber perdido trascendencia a nivel nacional, aun quedan algunos matices que representan "la luz de la esperanza" del espacio teatral en el país. Gran cantidad de institutos, academias y universidades de alto nivel se han dedicado a formar íntegramente a futuros profesionales de la actuación y producción de obras teatrales y cinematográficas.
Por ejemplo, la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte) otorga la posibilidad de profesionalizarse en el Teatro, al igual que la prestigiosa Universidad de los Andes (ULA), que entre sus oportunidades de estudio ofrece la licenciatura en Actuación.
Ambos recintos académicos forman parte de ese "contado número" de instituciones que hoy en día, a pesar de las dificultades surgidas, continúan abogando por la difusión y reinserción del teatro en la sociedad, con el objetivo de retomar el protagonismo perdido y recuperar también "los días dorados del arte de las tablas".
2018-06-27
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