Zulay Camacaro F | @zualycamacaroF
En medio de la pandemia surgieron muchos emprendimientos familiares en diversas áreas como elaboración de tortas, venta de comida, víveres, licores, ropa, servicios de reparación de electrodomésticos, peluquería. Expertos dicen que algunas personas dejan empleos por el negocio debido a su éxito.
El asesor financiero Rudi Cressa indicó que los emprendimientos caseros o familiares más extendidos este año en pandemia, “la mayoría van orientados hacia postres, comida, personas que dan clases a los hijos de personas de su edificio, entre otros. En muchos casos están geográficamente localizados en zonas o edificio donde vive la persona por restricciones de movilidad”.
Resaltó que la gente aprendió a aprovechar este conocimiento o capacidad que tiene de desarrollar oficios más allá de las profesiones que muchos puedan tener.
“Los oficios tienen una remuneración relativa bastante alta en comparación con las profesiones, oficios que tienen que ver con reparación, mantenimiento, como los plomeros o electricistas”, dijo.
Detalló que inicialmente estos empleos se utilizan como un complemento de otro formal, “pero una vez que crece y pasa a ser el ingreso principal muchas personas deciden dejar el trabajo principal que tenían antes y dedicarse de lleno a producir por vía del emprendimiento”.
Al momento de formar una empresa, sobre todo si se trabajará con la familia, Cressa recomienda tener “una idea clara de negocio, saber separar las relaciones personales del mismo. Las decisiones deben orientarse a la administración correcta de ese negocio”.
Cressa indicó que la clave del éxito de estos emprendimientos está en “saber definir el cliente objetivo, generar el producto o servicio que le gusta, calidad de servicio, tiempo de respuesta. Los mecanismos de cobro, que el cliente tenga varias opciones como transferir, pagar y la confianza que genere el negocio”.
El director general de la Asociación de Trabajadores. Emprendedores y Microempresarios (Atraem) Alfredo Padilla recomienda “mejorar el desempeño y llevar la administración, las cuentas, aprender a gestionar el negocio”.
Emprendedores
Ana Isabel Ávila tiene un emprendimiento con sus hermanos de elaboración de productos de limpieza, Jabonatodo. “yo trabajaba en el banco de Venezuela y hace dos meses renuncié porque la empresa me da más para vivir, gano mejor y estoy más tranquila. Tenemos la empresa desde hace año y medio, antes de la pandemia”.
Añadió que “es una empresa familiar, trabajamos bien, en equipo. Nuestra política es que de la puerta para dentro somos empleados y afuera somos familia. Hay que delimitar relaciones personales, me pagan por trabajar. Cada quien tiene sus roles, yo llevo la administración”.
Comentó que la demanda se mantiene porque la gente siempre compra cloro, detergente para lavar y limpiar, “subió 40% en un mes. “Las ventas subieron por la calidad de los productos, son de alta pureza y rendimiento, están por debajo de $1 el litro. Aquí gano más que con mi empleo anterior y también tengo un emprendimiento de venta de maquillaje con una amiga”.
Aurina Barrera es licenciada en Administración, Paramédico y estudia para Chef pastelero. “Tengo un emprendimiento familiar de elaboración de tortas y postres que formé durante la cuarentena porque en un empleo formal debo cumplir horario y debo cuidar a mi hijo. Se llama @pasteleriacalai”.
Acotó que a empresa le permite trabajar y estudiar desde casa “y no tengo jefe. Trabajo con mi mamá, me ayuda a hacer las tortas y cuidar al niño. La empresa empezó por hacerle meriendas a mi hijo, me gustó la experiencia y decidí formarme como chef. Tengo pedidos, hay mucha competencia y debo jugar con los precios. Gano más que en mi empleo anterior”.
Luz Bracho creó una empresa familiar hace seis meses por la pandemia. “Se llama Todo Fresco y vendo por redes sociales combos de carne y chorizos. Aún tengo mi trabajo formal en un ministerio con salario mínimo, voy un día a la semana. Mi pareja tuvo que cerrar su negocio por la cuarentena y ahora trabajamos juntos”.
Añadió que “gano mejor que con el empleo que tengo y me permite vivir mejor”.
Andreina Sosa abrió una marca de ropa con una amiga, @olavidaccs y señaló que “con la pandemia las ventas están muy lentas. Sigo con mi empleo, tengo una sociedad de corretaje de seguros y ahora hay mucho trabajo con pólizas en dólares”.
Expresó que con la situación “las ventas están lentas, la gente de repente hace una compra, pero está en cero, no da para nada. Las personas van a los gastos básicos. En el negocio cada una tiene un rol, ella el diseño y producción, y yo las ventas. Nos llevamos muy bien. Un pantalón cuesta $20, para lo que cuestan las cosas no está caro”.
DATO(S)
60% de mano de obra de la población económicamente activa en el país, trabaja en economía informal. Venezuela es el país con más informalidad en América Latina, dijo el director general de Atraem, Alfredo Padilla.
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