Jesús M. Gambús
Los economistas Andrew Berg y Eduardo Borensztein, en su trabajo “Plena dolarización, ventajas e inconvenientes”, abordan el dilema con la advertencia de que “sopesar la plena dolarización se complica debido a una falta casi absoluta de experiencia histórica”, para estudiar sus efectos en los países que la aplican.
Sin embargo resaltan como un factor atractivo la eliminación del riesgo de “la devaluación fuerte o repentina del tipo de cambio del país”. Con esta ventaja, se reduce la prima de riesgo que paga el país sobre los préstamos en el exterior.
Así, el Gobierno y los inversionistas privados pagarán tasas de interés más bajas. Advierte la publicación que “la mayoría de los países en desarrollo y también las economías en transición” emplean alguna modalidad “limitada y extraoficial de dolarización”.
De hecho, algunos bancos venezolanos permiten la apertura de cuentas en dólares (solo cuentas corrientes) que no devengan intereses y no operan con chequeras. El detalle que observan quienes tienen cuentas en dólares en el país como medio de proteger su patrimonio ante los efectos de la devaluación, es que al momento de retirar su dinero, por ley, los retiros solo se efectúan en moneda nacional y al tipo de cambio oficial establecido.
Berg y Borensztein estiman como altamente costosos para “algunos países en circunstancias particulares, la irreversibilidad de la medida, es decir, desdolarizar.
Para las autoridades bancarias puede verse como negativa la dolarización porque pierden la utilidad que perciben por razón de acuñar su moneda.
También advierte el texto que “los países que no dispongan de suficientes reservas sobre el exterior para comprar la moneda nacional y dolarizar, enfrentarían costos indirectos adicionales para poder efectuar la operación inicial de compra”.
Otro factor a considerar, según la publicación del Fondo Monetario Internacional es que “la dolarización no elimina el riesgo de una crisis externa, pues los inversores podrían huir debido a deficiencias en la posición fiscal del país o a la debilidad del sistema financiero. Este tipo de “crisis de la deuda” puede ser tan perjudicial como cualquier otro y, de hecho, Panamá ha sufrido más de una”.
En las conclusiones los expertos establecen como ventajosa la dolarización porque “se obtiene una integración más estrecha con las economías mundial y estadounidense, gracias a que los costos de transacción son más bajos y a que se asegura la estabilidad de los precios en dólares de EEUU”.
“Con la dolarización, y al rechazar claramente la posibilidad de un financiamiento inflacionario los países tienen la oportunidad también de reforzar sus instituciones financieras y de crear condiciones favorables a la inversión, nacional y extranjera.
Resaltan como inconvenientes la probabilidad de que los países se muestren reacios a retirar su propia moneda, un símbolo de identidad nacional, para escoger la de otro país.