El precio del oro supera los 3,200 dólares la onza, razón por la que muchas personas están revisando sus joyeros para llevar collares, relojes y pulseras poco usados a casas de empeño y joyerías.
Sabashden M. Hernández, de A&M Precious Metals en Los Ángeles, ha notado un aumento significativo en la clientela: "Nunca había visto algo así en mis ocho años en el negocio y eso es una locura para mí".
En A&M, los clientes obtienen el 99% del valor de mercado de su oro, mientras que la tienda se queda con solo un 1%, destaca New York Post.
En un buen día, Hernández compra más de 400 onzas de oro, lo que equivale a más de 1.2 millones de dólares.
El oro se funde en lingotes y se vende a refinerías, donde se transforma en formatos que los joyeros pueden utilizar.
Alberto Hernández, tío de Sabashden, funde el oro a altas temperaturas y asegura que la pureza es verificada antes de que los clientes se marchen con su dinero, a menudo sorprendidos por la cantidad que reciben.
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