La piel varía de una persona a otra, existen diferentes tipos y entre las más comunes está la normal. Este tipo de piel no es demasiado grasa ni demasiado seca. Es decir, es una piel equilibrada y saludable.
Esta puede ser producto de la genética, pero también influye la alimentación, la higiene, factores ambientales y los cuidados que se le han dado a lo largo de la vida.
¿Quieres saber si tienes este tipo de piel? Te compartimos las señales o características más comunes que la describen por su apariencia a simple vista o al estar en contacto directo con ella al tocarla.
¿Cómo es una piel normal?
La piel normal, es una piel sana que reúne las mejores condiciones desde todo punto de vista. Generalmente es de apariencia suave, firme y versátil, está bien hidratada y equilibrada, y no presenta lesiones ni signos de sensibilidad. Incluso, es suave al tacto y flexible.
Si posees este tipo de piel eres afortunada porque en la mayoría de los casos presenta una textura regular, sin imperfecciones, sin necesidad de cuidados especiales.
Señales
1. La piel es suave al tacto y su apariencia es luminosa,
2. Los poros son pequeños o son pocos visibles.
3. No es propensa a la sensibilidad.
4. Presentan menos posibilidades de sufrir de imperfecciones y manchas.
5. Tiene buena circulación y elasticidad.
Aprende a cuidarla
Una vez compruebes si eres de piel normal, modifica tu rutina de cuidado y comienza a seguir los siguientes pasos recomendados por los expertos.
En primer lugar, la limpieza es de vital importancia, realízala cada mañana y antes de dormir. También conviene exfoliar una o dos veces a la semana uy aplicar tónicos y cremas hidratantes una o dos veces al día como mínimo.
El protector solar diario antes de salir de casa y aplicar un producto regenerador cada noche son claves para cuidar y mantener la piel saludable.
Finalmente, y no menos importante, recurre a mascarillas caseras una vez por semana.
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