La mousse y el bavaroise son dos postres conocidos en todo el mundo. Aunque usan ingredientes similares como leche, azúcar, huevos y gelatina. Tienen características diferentes y aquí te las decimos.
Mousse
En el caso de la palabra “mouse”, se refiere a “espuma”, recoge la esencia fundamental del refinamiento de la buena mesa.
La base de las mousses son las claras de huevo batidas a punto de nieve, a las que se le pueden añadir una gran variedad de ingredientes, dulces, como es el chocolate. Inclusos salados como el foie, aunque en ambos casos, la delicadeza y la suavidad son los puntos comunes de esta forma de elaboración.
Con el pasar del tiempo se ha convertido en una de las recetas más versátiles, y hoy en día se pueden elaborar con ingredientes tan variados como aguacate, brócoli, atún, camarones, vainilla, chocolate y frutas. Tiene como base el uso de claras batidas a punto de nieve para lograr una crema de consistencia espesa y esponjosa que se sirve fría.
Debido a su versatilidad, la mousse puede tomarse al principio de las comidas, es el caso de las saladas, y en el postre para las dulces. Las más habituales son las de chocolate, limón o fresas, pero las saladas van tomando cada vez más fuerza en los menús de los mejores restaurantes y fiestas.
Bavaroise
Llamada también crema bávara es un postre que se come frío. Se prepara con leche, huevos, azúcar, nata y gelatina. Para conseguir su textura y consistencia se calienta la crema de leche, con las yemas de huevo y la gelatina.
Después que este frio, se añaden las claras de huevo batidas a punto de nieve. Este procediemiento marca la diferencia con la preparación del postre anterior.
Su textura en más firme y esto se debe a la gelatina. Posee un sabor delicado y suave
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