“CONVIVIENDO CON EL UNIVERSO”
Con
Nancy Salcedo Deiviz
Vidente-Mentalista
-CORAZON INTELIGENTE, CORAZON FELIZ-
La ciencia ha descubierto que dentro de nuestro cuerpo hay unos receptores “los neuropéptidos”, que influyen en las células inmunológicas, y que se encargan de leer cada pensamiento, emoción, deseo o concepto que asumimos, produciendo reacciones químicas que fabrican las mismas sustancias que produce el cerebro. Tribus de Australia y de Hawái, aún hoy en día están tan conscientes de esto que cuando alguien enferma o está herido se reúnen alrededor del paciente, y orando y cantando le piden perdón a la parte afectada logrando curaciones milagrosas. En este proceso está altamente implicado nuestro corazón, que mucho más allá de bombear sangre, se conoce ahora, que actúa como un órgano sensorial sofisticado, recibiendo y procesando información, como lo hace el cerebro.
El sistema nervioso del corazón (o el “cerebro del corazón”), lo habilita para aprender, recordar y realizar decisiones funcionales, independientemente de la corteza cerebral, a través de una extensa red de comunicación nerviosa que forma un campo eléctrico, que se conecta con el cerebro y el resto de los órganos. Este campo es 60 veces más grande en amplitud y 5000 veces más fuerte que el del cerebro, y puede ser detectado a varios metros de distancia del cuerpo con magnetómetros sensibles.
Damos por sentado que respiramos desde que nacemos, pero para que este proceso se realice de forma armónica y no desestabilice nuestras defensas, ni exponga nuestra salud a severos riesgos, es importante que usemos la herramienta de la “Respiración con actitud “, consciente y positiva al menos cinco veces al día. Para ello nos enfocaremos mientras inhalamos aire en la zona de nuestro plexo solar, que se encuentra justo debajo del esternón dónde los lados derecho e izquierdo de la caja torácica se juntan. Se concentrará entonces en que inhala a través del corazón un pensamiento positivo, y que exhala a través de su caja torácica otro pensamiento positivo. Hágalo durante 30 segundos o más, así anclará su atención y energía. Seleccione para ello pensamientos positivos que compensen y cambien las emociones negativas que usted está viviendo diariamente, así logrará un cambio de actitud durable. Respire profundamente con la intención de dirigirse hacia el sentimiento de ese pensamiento o actitud.
Pensamiento