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Claves para reconocer a una gata en celos

Según los expertos, el primer celo de las gatas ocurre entre los cuatro y los 12 meses de edad

Martes, 14 de enero de 2025 a las 03:27 pm
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El celo en los mamíferos dura unos días cada mes, y generalmente ocurre una o dos veces al año, pero no se descarta que ocurra muchas más veces al año.

En las gatas en particular esta etapa fértil suele durar en promedio entre cinco y siete días, aunque según la literatura al respecto, esto puede variar entre dos y 19 días.

Por otra parte, este ciclo en las mininas puede repetirse cada dos o tres semanas durante la temporada de apareamiento. Te compartimos algunas claves que te pueden dar luces acerca de si tu mascota está en ese período.

 

¿Qué es el celo en las gatas?

Esta es la etapa fértil del ciclo de las gatas, este es el momento preciso en el que pueden quedar embarazadas si se aparean con un macho y ovulan. Es decir, en este periodo la gata buscará pareja y de concretarse el apareamiento, ocurrirá la ovulación entre 24 y 48 horas después.

Cabe destacar que el celo en las gatas tiene varias etapas y por tanto su comportamiento puede cambiar.

 

Entérate

Según los expertos, el primer celo de las gatas ocurre entre los cuatro y los 12 meses de edad. Por lo tanto, a partir de ese momento, conviene observar a la mascota para poder conocerla e identificar cuando llegue el momento.

Es decir, cuando las gatas entran en celo comienzan a mostrar ciertos cambios sobre todo en su comportamiento, por lo que sin mayor esfuerzo el amo se dará cuenta que algo está sucediendo.

Por ejemplo, la gata puede mostrarse más cariñosa o más gruñona de lo habitual, e incluso mostrará interés en buscar macho y lo hace maullando. Esto puede durar entre uno y tres días, pero aún no aceptará la monta. Este periodo se le denomina proestro. Luego entre 10 y 15 días si no se logra la monta, la gata estará maullando constantemente y a esta fase se le conoce como estro o celo.

También aumenta la frecuencia urinaria, están más inquietas e hiperactivas, disminuye el apetito, y se revuelcan en el suelo mucho más seguido.

Además, suelen colocar las patas delanteras agachadas contra el suelo, elevan la parte trasera y giran la cola hacia un lado para mostrar la vulva. Esta posición es adoptada para exhibirse frente a los machos.

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