La tecnología y la inteligencia artificial se han convertido en una realidad tangible en países como Venezuela, en los que organizaciones, empresas e instituciones se han unido para fomentar el uso de estas herramientas en los estudiantes, no solo para su formación, sino también para el beneficio de otras personas.
Un ejemplo de este esfuerzo se ve materializado en Kurios Education, una plataforma que combina robótica, emprendimiento e innovación educativa. Su impacto en la formación de jóvenes científicos permitió que, por primera vez, el país formara parte de la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería Regereron (ISEF), celebrada en Estados Unidos.
Carlos Inguanzo, director de Operaciones de Kurios Education, destacó el impacto de la delegación venezolana en ISEF. “Nuestro objetivo es reducir la brecha entre la educación tradicional y la innovación tecnológica, desarrollando programas en áreas como robótica, programación, herramientas digitales y emprendimiento”, destaca.
Un trampolín al mundo
Este año, Kurios obtuvo la autorización para liderar la delegación venezolana en ISEF, donde los estudiantes participaron en diversas categorías, incluyendo robótica y máquinas inteligentes. Dos proyectos resaltaron por su alto nivel y creatividad: “Catch”, desarrollado por José Tomás Perera, un robot autónomo diseñado para recolectar pelotas de tenis de mesa para atletas paraolímpicos; y “Comet”, creado por Armando Mendoza, Victoria Galindo y Diego Serrano, un robot con inteligencia artificial enfocado en el soporte emocional.
Inguanzo resalta que la receptividad internacional fue sumamente positiva. Directores de ferias científicas elogiaron la calidad de los proyectos y celebraron la representación de Venezuela en un escenario de innovación global. “Estaban todos muy emocionados de poder participar, de poder ver proyectos de tan alto nivel salir del país", expresa.
Como parte de los aprendizajes durante esta experiencia, Kurios Education busca fortalecer aún más el apoyo a jóvenes investigadores y sus instituciones. Además de ofrecer un acompañamiento continuo, que permita que los estudiantes desarrollen todo su potencial a través del apoyo sostenido, los recursos adecuados y la constancia en la investigación.
“Cuando ves lo que son capaces de lograr estos chamos con solo un poquito de motivación y un poquito de acompañamiento, te queda la pregunta de qué podrían lograr si tuvieran mucho más. Queremos enfatizar que este año estamos muy interesados en brindar ese soporte continuo a los chamos que se quieran postular a ISEF y a las instituciones en las que hagan vida,” resalta.
Para Inguanzo, fue muy inspirador ver la perseverancia de los adolescentes enamorados de la ciencia y la importancia de que cada uno de sus proyectos tengan continuidad para que puedan potenciarse y convertirse en una solución para las comunidades.
“El chamo que va un año con un proyecto y vuelve a participar al año siguiente con el mismo proyecto porque decide que esa es parte de su proyecto de vida y lo desarrolla. Eso nos muestra que el compromiso con la ciencia y la educación garantiza que el talento venezolano siga destacando en el escenario internacional”, comenta.
La ciencia puesta al servicio
Para José Tomás Perera, participar en ISEF fue una gran oportunidad que le permitió conocer a estudiantes de otros países, reafirmar su amor por la ciencia y su deseo de crear dispositivos que le faciliten la vida a otras personas. Bajo esa premisa, surgió la inspiración para crear “Catch”.
“Mi mamá practicaba tenis de mesa con personas paralímpicas en San Felipe y noté que recoger las pelotas les resultaba complicado. Ahí nació la idea de “Catch System”. Es un robot autónomo que detecta pelotas mediante inteligencia artificial y las almacena en una cesta para entregarlas a los jugadores, permitiéndoles enfocarse en su entrenamiento”, comenta.
Uno de los mayores retos técnicos que enfrentó durante el desarrollo del proyecto fue la integración de la inteligencia artificial y el mecanismo de recolección. “Para recoger las pelotas usé dos motores frontales en lugar de un sistema de succión, y para la inteligencia artificial entrené un modelo propio con imágenes hasta que reconociera correctamente las pelotas”, detalla.
Perera asegura que la inteligencia artificial y la robótica son parte del futuro, debido a que infinidad de equipos la incorporan y que con el avance de la tecnología la continuarán mejorando, hasta hacerla mucho más apta para cada una de las funcionalidades que requiera el ser humano.
La labor de Kurios Education en su formación fue fundamental, porque además de fortalecer sus conocimientos, le brindó la oportunidad de representar su talento en un evento internacional y potenciar el dispositivo que había construido.
Una plataforma en crecimiento
Inguanzo comenta que Kurios Competition seguirá apostando por el mismo formato, con clasificatorias en los colegios y la selección de los mejores proyectos. “Queremos enfocarnos en darle mayor soporte a las instituciones en temas de investigación científica. Es importante el apoyo constante porque muchos de estos chamos tienen meses o años trabajando en sus proyectos”, dijo.
Perera, por su parte, destaca que, aunque ya no trabajará con “Catch System” en ISEF, sí continuará perfeccionando el robot e investigará soluciones para mejorar la accesibilidad en el deporte. “Para el próximo año trabajaré en otro proyecto que pueda facilitar la dinámica de las personas con discapacidad”, indica.
Proyectos como Kurios Education y jóvenes talentos como José Tomás Perera demuestran que el futuro de la ciencia y la tecnología en Venezuela es prometedor, y que el apoyo adecuado puede potenciar las capacidades de los innovadores del país.
Por Wanda López Agostini
Fotos Cortesía
Coordenadas @kurios_edu
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