El dolor de cuello tiene varias causas desde una mala postura al sentarse, mal dormir, uso excesivo de pantallas, artrosis, entre otros problemas asociados con algunas enfermedades.
Estas molestias, nudos, rigidez o dolor intenso que se extiende hasta los hombros pueden aliviarse con la ingesta de algún analgésico o relajante muscular, pero también puede favorecer el uso de compresas y duchas de agua tibia, según el grado de dolor.
Causas del dolor de cuello
Este dolor no tiene nada que ver con una enfermedad subyacente, sino que se relaciona con el ejercicio, un esfuerzo prolongado, usar accesorios pesados, estrés, o dormir en una posición incómoda.
Pero, también puede relacionarse con alguna lesión, artritis reumatoidea, infección en el cuello o estrechamiento del conducto vertebral en el cuello.
Independientemente de cuál sea la causa, conviene tratarlo de inmediato porque puede llegar a ser tan molesto que le impida realizar las actividades diarias, e incluso, si se convierte en un dolor crónico, puede aparecer la fatiga, la depresión y la ansiedad.
¿Cómo tratar el dolor en casa?
Tratar el dolor de cuello en casa puede resultar sencillo y eficiente, para ello el uso de compresas con frío o calor, son una buena alternativa. Por ejemplo, puedes usar compresas de gel directo en la zona durante 10 minutos cada 2 o 3 horas, o aplicar calor con una tolla caliente por 15 minutos cada 2 o 3 horas.
También conviene realizar estiramientos suaves y progresivos, giros, encogimiento de brazos y hombros. Además, aplicar masajes en los músculos, preferiblemente de manos de expertos; y descansar, cuidando siempre mantener una postura adecuada que evite que la situación empeore.
Importante
Si el dolor de cuello es peor al final del día, debes prestar atención cómo te sientas o permaneces de pie durante tu jornada diaria. Sentarse derecho en la silla con los pies apoyados en el piso, y además tomar descansos breves varias veces cada hora ayuda a evitar tensión en la zona del cuello y la columna.
Mientras que, si el dolor es peor en la mañana, conviene revisar la almohada y la posición en la que duermes porque allí puede estar la causa. En tal sentido, la recomendación es evitar dormir boca abajo con el cuello torcido o doblado, y además, usar una almohada que le permita mantener el cuello derecho.
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