Comer frutas es muy importante porque aportan vitaminas, minerales y fibra esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo. Ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, mejoran la digestión y reducen el riesgo de enfermedades como la diabetes, enfermedades del corazón y ciertos tipos de cáncer.
Además, las frutas son una fuente natural de energía, bajas en calorías y ricas en antioxidantes, que combaten el envejecimiento celular. Incluir frutas en la dieta diaria promueve una alimentación equilibrada y saludable, especialmente en niños y adultos mayores.
%2010.20.57%20a.%20m..png?cw=959&ch=642 "El error más frecuente al comer mandarina: desechas la parte más beneficiosas para tu salud")
Parte más importante de la mandarina
La experta en seguridad alimentaria Cristina Lora ha llamado la atención sobre un aspecto poco conocido pero muy beneficioso del consumo de mandarinas: la importancia de comerlas con los albedos, es decir, esas fibras blancas que recubren los gajos de la fruta.
Aunque muchas personas suelen retirarlas por su textura o apariencia, Lora destaca que los albedos contienen una alta concentración de fibra, antioxidantes y compuestos bioactivos esenciales para la salud.
Según Lora, estos filamentos blancos son especialmente ricos en pectina, una fibra soluble que favorece la digestión, ayuda a reducir el colesterol y regula los niveles de azúcar en sangre. Además, tienen flavonoides como la hesperidina, con propiedades antiinflamatorias y protectoras del sistema cardiovascular.
«Estas hebritas blancas se llaman albedos y es la parte más saludable que tiene la mandarina, contiene hasta 20 veces más de compuestos fenólicos que los gajos que son antioxidantes y un alto compuesto en pestina que es fibra que hace que se reduzcan los niveles de colesterol LDL en sangre», subraya.
Desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, también señala que consumir la fruta entera favorece una mayor sensación de saciedad, lo que puede ayudar a evitar el consumo excesivo de alimentos procesados. Además, al aprovechar al máximo todos los componentes de la fruta, se reduce el desperdicio alimentario.
Cristina Lora invita a repensar nuestros hábitos alimenticios y a valorar la fruta en su conjunto. En el caso de la mandarina, recomienda no obsesionarse con pelarla de forma perfecta, sino entender que su parte blanca no solo es comestible, sino beneficiosa.
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