EFE
Hace tres décadas, uno de los primeros telescopios espaciales capaces de captar rayos X en el espacio detectó un tipo de objeto desconocido que brillaba más que cualquier estrella, pero mucho menos que otras fuentes identificadas, como los núcleos de galaxias activas.
Los nuevos objetos se bautizaron: fuentes X ultraluminosas (ULX).
Ahora, un grupo internacional de científicos, en el que participa un investigador postdoctoral del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y de la Universidad de La Laguna (ULL), Fabien Grisé, ha descifrado el misterio, que se publica hoy en la revista Nature.
Resulta que lo que hace brillar tanto a la fuente ULX mejor estudiada no es, como muchos esperaban, uno de los muy buscados agujeros negros de masa intermedia.
La fuente ultraluminosa observada, llamada ULX P13, sí que alberga un agujero negro, pero uno de tipo estelar, pequeño, de menos de 15 masas solares.
¿Cómo explicar entonces su brillo en rayos X, muy superior al que generaría cualquier agujero negro estelar conocido?. Con una característica especial: el agujero negro de P13 come con una avidez mayor de lo habitual.
“ULX P13 emite tanta energía porque alberga un agujero negro que come diez veces más rápido de lo que se creía posible; ése es uno de los resultados importantes de nuestro trabajo”, subraya Grisé.
El cuadro completo de lo que ocurre en ULX P13, que está a 12 millones de años luz de aquí, es el siguiente.
2014-10-13