Sylvester Stallone no siempre fue el gran actor reconocido y de buena posición económica que es hoy, en los años 70, mientras luchaba por abrirse camino en el mundo del cine y era rechazado en múltiples audiciones como cualquier actor, tuvo que vivir en condiciones precarias para alcanzar su sueño.
Para entonces, su única compañía era Butkus, un bullmastiff que se convirtió en su confidente y fuente de consuelo según reporta Infobae.
"Estábamos delgados, hambrientos y viviendo en una pensión de mala muerte sobre una parada de autobús", recordó Stallone en una publicación de Instagram. "No había mucho que hacer excepto pasar tiempo juntos, y ahí fue donde empecé a aprender el arte de los guiones" .
La situación financiera de Stallone empeoró al punto de no poder alimentar a Butkus y desesperado, tomó la desgarradora decisión de vender a su fiel amigo por 40 dólares frente a una tienda 7-Eleven. "Ambos teníamos hambre y vivíamos en una pensión de mala muerte. Cuando las cosas se pusieron aún más difíciles, tuve que vender a Butkus porque no podía permitirme ni siquiera comer", confesó el actor.
Semanas después, inspirado por un combate entre Muhammad Ali y Chuck Wepner, Stallone escribió el guion de Rocky en solo tres días. A pesar de las ofertas para vender el guion sin protagonizarlo, insistió en interpretar al personaje principal. Finalmente, aceptó 35,000 dólares por el guion y el papel de Rocky lo que marcó el inicio de su ascenso en Hollywood.
Con su primer salario, Stallone buscó incansablemente al nuevo dueño de Butkus. Tras varios días de espera frente a la tienda donde lo vendió, logró encontrarlo. Aunque el hombre exigió 15,000 dólares para devolver al perro, Stallone no dudó en pagar la suma. "Valió cada centavo", afirmó con emoción .
Butkus no solo regresó a la vida de Stallone, sino que también apareció en Rocky II, acreditado como Butkus Stallone. El perro vivió con Stallone hasta 1981, cuando falleció de un ataque al corazón.
En honor a su leal compañero, Stallone se tatuó su imagen, reemplazando un tatuaje anterior de su exesposa.
Esta historia conmovedora refleja el profundo vínculo entre Stallone y Butkus, y cómo el sacrificio de un ser querido puede ser el impulso necesario para alcanzar los sueños más grandes.
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