El Gobierno afgano ha dado por concluido el ataque lanzado hoy por un comando talibán contra la sede central del Departamento de Tráfico en Kabul, que ha causado la muerte de al menos tres agentes y heridas a una decena de personas más.
El portavoz del Ministerio de Interior, Sediq Sediqui, afirmó que las fuerzas de seguridad han matado a los cinco atacantes que, según su versión, habían llevado a cabo el asalto y ahora están inspeccionando el lugar.
"La zona está siendo barrida por la policía, los explosivos están siendo desactivados", dijo Sediqui mediante un mensaje difundido por la red social Twitter.
El ataque había sido lanzado a primera hora de la mañana.
Según fuentes oficiales consultadas por Efe, los insurgentes penetraron en ese momento en la sede de Tráfico, provocaron allí varias explosiones y mantuvieron durante horas un enfrentamiento armado con las fuerzas del orden.
"Tres policías de tráfico han muerto y más de diez personas han resultado heridas, incluidos seis civiles", había dicho a la prensa a primera hora de la tarde el viceministro de Interior, Abdul Rahmán.
En un comunicado, la insurgencia talibán reivindicó el ataque y precisó que el objetivo eran centros de las fuerzas internacionales y de la policía afgana ubicados en la capital del país asiático.
"Hoy a las 5.00 (hora afgana, 00.30 GMT) un número de terroristas suicidas equipados con armas pesadas y cohetes han atacado centros de las fuerzas extranjeras especiales y de la policía en la zona de Dehmazan y en partes occidentales de Kabul", dijeron los rebeldes.
Los insurgentes, que acostumbran a exagerar el alcance de sus acciones, aseguraron que varios empleados extranjeros y de la academia policial murieron y resultaron heridos.
Los ataques contra sedes oficiales figuran entre las operaciones armadas más frecuentes de los talibanes afganos, que también tienen entre sus objetivos habituales a las fuerzas de la OTAN desplegadas en el país.
Afganistán se encuentra inmerso en un proceso de retirada gradual de esas fuerzas internacionales, que de acuerdo con el calendario debe concluir en 2014, cuando la seguridad en todo el país pasará a manos del Ejército y la Policía locales.
Ese proceso no ha detenido los ataques insurgentes, tanto en Kabul como en el resto del territorio afgano.
El movimiento talibán aspira a derrocar al Gobierno para instaurar un régimen fundamentalista islámico como el que hubo en el país entre 1996 y 2001, año de la invasión estadounidense a Afganistán. EFE