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Cuando ocurre un rompimiento en la relación de los padres, se inicia un período de desequilibrio emocional con el que se debe lidiar porque podría generarle cambios de conducta, ansiedad y depresión.
En este sentido, ambos padres deben velar cuidadosamente por la estabilidad y el bienestar de sus hijos, entiendo que para ellos la situación también es sumamente difícil.
Los hijos suelen responder a la separación de las siguientes formas:
Con temor de no volver a ver a uno de sus padres, experimentan sensación de pérdida de la imagen familiar y sienten soledad y tristeza.
Pueden sentirse rechazados y sufrir cambios de autoestima, ya que necesitan estimulación extra de parte de un adulto.
Internamente pueden ver la separación como una riña entre dos bandos y si toman alguna posición sienten que traiciona a uno de los padres.
Es habitual que en algún reencuentro familiar se hagan la idea de una posible reconciliación entre los padres.
Los varones suelen tener mayores dificultades para atravesar la crisis, tanto en intensidad de sentimientos como en su duración. Es común que presenten más problemas escolares y mayor irritabilidad que las hembras.
Preguntas frecuentes
¿Por qué se separan mis padres? La respuesta a esa pregunta debe ser honesta y clara, de manera de que se conozcan las razones que hicieron que se tomara la decisión.
¿Me abandonarán? Es importante que durante la etapa de transición ambos padres pasen tiempo con sus hijos para eliminar esas dudas y hacerles saber que siguen estando allí para ellos.
¿Cómo va a cambiar mi vida? Lo más conveniente es que los padres expliquen pronto a sus hijos en qué van a consistir esos cambios, si se va a efectuar una mudanza, un cambio de escuela y si la economía familiar se verá afectada.
Divorcio sano
Entre las claves para tener una separación llevadera, la familia debe mantenerse lo suficientemente ligada como para que los hijos no pierdan el sentimiento de pertenencia. También es fundamental que los padres sostengan su jerarquía para poder continuar cumpliendo sus funciones normativas.
Hablar del divorcio es otro aspecto importante. Es muy probable que los hijos puedan entender la ruptura si se conversa con ellos sobre el tema.
Asimismo, los adultos deben generar acuerdos para establecer la nueva relación, que incluirá delegar responsabilidades, regímenes de visitas y manutención.
Consejos
Es correcto que ambos padres sean los que comuniquen la decisión del divorcio.
Los hijos deben estar enterados con anticipación de la decisión, y saber cuál de los padres se mudará de la casa.
Háganles saber que el divorcio es un problema de adultos y que no deben inmiscuirse más de la cuenta.
Actúen siempre de forma clara para ayudarlos a comprender la situación.
Es importante que los jóvenes sepan que no son responsables de la separación y que no está en sus manos recomponer el matrimonio.
Transmítanles el mensaje de que todos deben esforzarse para establecer una buena relación e insístanles que tienen derecho a amar y respetar a ambos padres.
Un psicólogo puede ayudarlos a descargar sus emociones y ofrecerle técnicas para sobrellevar la situación.
Ninguno de los padres debe alejarse. El contacto frecuente los ayudará a recuperar el sentido de la normalidad.
Manténganse atentos a las señales de estrés que presenten los hijos para actuar oportunamente.
Aprendan a diferenciar entre la pareja y el papel de padres.
Actúen con respeto. Los hijos seguirán aprendiendo del comportamiento que ustedes tengan.
2020-08-28
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