La palabra “mousse”, que en francés se traduce como espuma, recoge la esencia fundamental del refinamiento de la buena mesa.
Con el pasar del tiempo se ha convertido en una de las recetas más versátiles, y hoy en día se pueden elaborar con ingredientes tan variados como aguacate, brócoli, hongos, atún, camarones, embutidos por mencionar los salados.
En cuanto a los sabores dulces se pueden hacer de vainilla, chocolate, café, nuez y frutas como la piña. Todos tienen como base el uso de claras batidas a punto de nieve para lograr una crema de consistencia espesa y esponjosa que se sirve fría.
Al tener como ingrediente principal el huevo – encargado de darle al mousse su consistencia espumosa- aporta al organismo grandes proteínas y brinda importante cantidad de vitaminas A, E, D y del complejo B.
Además, de minerales como sodio, potasio, calcio, magnesio, hierro, zinc, yodo, fósforo y selenio.
Sin embargo, no está por demás que toda persona que deba controlar sus niveles de colesterol en sangre por problemas de hipercolesterolemia, presión arterial elevada, diabetes o arterosclerosis deba buscar una receta baja en calorías, donde se pueda sustituir la leche o nata por una descremada.
Mousse de piña
Ingredientes
Una piña madura pelada
2 latas de leche condensada
3 sobres de gelatina sin sabor
1 litro de crema de leche para batir
150 g de azúcar glass
1 vaso de agua
Preparación
1 Enfriar la crema de leche y batir con batidor eléctrico hasta conseguir una crema chantilly espesa.
2 Mientras tanto, diluir la gelatina en una olla con un vaso de agua. Licuar la piña con la leche condensada y el azúcar.
3 Agregar la gelatina e incorporar con movimientos suaves a la crema chantilly.
4 Verter la mezcla en el molde de su preferencia y deje enfriar por dos horas.
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