Argenis Deliz F./ Marialejandra Hernández
El artista óptico Carlos Eduardo Cruz-Diez nació el 17 de agosto de 1923 en La Pastora, Caracas. Fue un hombre culto y amante de las artes y del color.
Cruz-Diez comenzó a sentir atracción por el arte cromático gracias a una fábrica de botellas de gaseosas, de la cual era dueño su padre. El joven de aquel entonces quedó cautivado cuando el sol se reflejaba en las vidrieras, creando una hermosa iluminación.
Estudió en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas y recibió la acreditación como profesor de dicha disciplina. Fue colaborador del diario La Esfera, en la cual trabajaba con viñetas humorísticas. Además, su arte también fue partícipe en la revista Tricolor.
Trabajó como diseñador gráfico e ilustrador para la revista El Farol de Creole Petroleum Corporation (empresa petrolera privada que operó en Venezuela hasta 1975). También se dedicó a la realización de comics, y ostentó cargos importantes como directivo de la agencia publicitaria McCann-Erickson Venezuela, además de desempeñarse como ilustrador en el Diario El Nacional.
El artista vivió en París con su familia y participó en exposiciones de artes de gran prestigio. Incluso fue profesor en la Escuela Superior de Bellas Artes y Técnicas Cinéticas, de París. Sus obras recorrieron Europa y América Latina para dejar un legado de compromiso, estudios y dedicación a los venezolanos. En 2019 fallece por causas naturales en París.
VIDA Y OBRAS EMBLEMÁTICAS
Cruz-Diez se convirtió en uno de los exponentes más importantes del arte cinético en el mundo por sus propuestas sobre el cromatismo que le dio un tono particular con su estilo artístico.
Desde su instalación definitiva en París con su familia en 1960, ejerció como profesor en la Escuela Superior de Bellas Artes y Técnicas Cinéticas, además de ser Asesor en el Centro Cultural, en Arras.
Entre algunos de sus trabajos como investigador, publicó en 1989 la primera edición de su libro Reflexión sobre el color, basado en sus diversos estudios plásticos vinculados al análisis del color como una “realidad autónoma en continua mutación”.
Sus obras forman parte de las colecciones permanentes de museos como el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, El Tate Modern en Londres, y el Museo Wallraf-Richartz de Alemania.
El ARTE PÚBLICO
La vocación social del maestro lo llevó a integrar su arte en la vida cotidiana desde lo funcional y arquitectónico-urbano en Venezuela y fuera de sus fronteras.
Muro y pisos de Couleur Additive en el pasillo central del Aeropuerto Nacional Simón Bolívar es un mosaico de 270 x 9 metros que, desde el inicio del éxodo venezolano, se convirtió en un mensaje de esperanza y fuerza para muchos venezolanos que caminaron sobre la pieza antes de comenzar una nueva vida fuera del país.
CROMOSATURACIÓN
Este es uno de los conceptos que más trabajó Cruz-Diez en la serie Cromosaturación (Chromosaturation). Esta es una técnica que permite afectar la manera que es percibido el color, haciéndose ver la materialidad fuera del contexto cultural que influye en la obra.
EL LEGADO DE CRUZ-DIEZ EN PANAMÁ
Las largas temporadas en el país de Centroamérica, como pretexto de escapar del frío de París, convirtió a Panamá en el tercer hogar del artista donde realizó algunas de sus últimas obras.
Una de las más impresionante obras arquitectónicas quedó lista en 2016 cuando el edificio Kenex Plaza fue recubierto con una microestructura que recubre tres pisos del estacionamiento para integrar el arte con el espacio urbano de forma armoniosa y balanceada.
En 2009, el maestro decidió mudar su taller ubicado en Caracas a Panamá para continuar con sus compromisos desde un punto estratégico, el centro del continente, y una vez cómodos en el país, se fundó el atelier Articruz para acompañar a nuevos artistas en la producción de sus obras contemporáneas.
CRUZ-DIEZ EN COREA DEL SUR
La serie Cromointerferencia fue desarrollada a partir de 1964 y presentada en países de todo el mundo como Estados Unidos, Francia y en Jeonbuk Art Museum de Corea del Sur. Desde su taller, el artista observó el cambio de comportamiento de los colores al cruzar las tramas de dos láminas en movimiento, para dar vida a una de las series más icónicas del maestro.
Luego de este descubrimiento y más investigaciones, se avanzó hacia composiciones que incluyeron mayor nivel de movimiento en sí mismas con el objetivo de sumergir al espectador en la obra y observar el efecto de la interferencia del color.
DEMOLICIÓN DE SU OBRA
El jueves 20 de octubre de 2005 fue demolido el Muro de Inducción Cromática, obra cinética que engalanaba el muro perimetral del puerto del antes llamado estado Vargas.
Esta pieza artística era la obra cinética más larga de Latinoamérica hecha como regalo para el pueblo del estado costeño en 1989, además de formar parte del Catálogo de Patrimonio de Venezuela.
El Muro de Inducción Cromática por Cambio de Frecuencia fue un trabajo solicitado por la Gobernación del Distrito Federal y el extinto Instituto Nacional de Puertos (INP) debido a los 400 años de la fundación del, actualmente llamado, estado La Guaira.
2020-08-17
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