El tenor peruano Juan Diego Flórez reanudó hoy la "relación especial" que mantiene con el público neoyorquino con el estreno de "Le Comte Ory", en el que volvió a interpretar a uno de sus personajes favoritos que da nombre a esta ópera de Rossini.
"Muy feliz, muy contento", se mostró Flórez a Efe tras su actuación, que ya es la número 91 en la Opera Metropolitana de Nueva York (Met), tras la cual el público le ovacionó puesto en pie después de estar "muy metido" en esta comedia.
El artista peruano, en una entrevista antes de su presentación, resaltó que el Met es un teatro donde se siente "muy a gusto" y en el que tiene "una especial relación con el público".
Este teatro "me ha dado muchas satisfacciones", ya que "aquí siempre me he sentido muy bien, como en casa", subrayó Flórez, uno de los tenores más famosos en todo el mundo y que terminará las representaciones de esta ópera con casi cien actuaciones en Nueva York.
No en vano, ha sido sobre este escenario donde realizó dos bises en los últimos años con sendas obras de Donizetti, el primero en 2008 con el aria "Ah, mes amis", de "La fille du regiment" (el Met no veía uno desde el que hizo Luciano Pavarotti en 1994), y el segundo en 2011 (con el aria "Una furtiva lágrima" de "L’Elisir d’Amore").
Ya en 2007 había logrado lo mismo en La Scala de Milán, también con "Ah, mes amis", rompiendo una tradición de 74 años impuesta por el director Arturo Toscanini.
Flórez reconoció que cuando hizo esto no sabía que estaba rompiendo tradiciones y afirmó que "es una satisfacción que el público te pide repetir", si bien insiste que esta cuestión debe tratarse siempre desde el "respeto" a los espectadores.
El tenor peruano vuelve con esta nueva programación de "Le Comte Ory" a uno de sus su papeles favoritos, al que ya interpretó en este mismo teatro en 2011 y del que ha realizado dos grabaciones discográficas, una en 2003 y otra hace dos años.
Esta obra, estrenada en 1828, es cómica y narra los intentos del libertino y mujeriego conde Ory por conquistar a la virtuosa condesa Adele mientras su hermano, igual que otros guerreros, está luchando en las Cruzadas de la Edad Media.
Flórez explicó que el conde es "un personaje divertido, completo, cómico, pero tiene varias facetas, varios momentos bastante marcados", ya que aparece disfrazado (primero de ermitaño y luego de monja) en prácticamente toda la representación, pero también destaca un dueto con la condesa que es "musicalmente exquisito".
Además, es un personaje abierto a la improvisación, como muchos en Rossini. "Es lo bonito de esta profesión teatral, que uno puede añadir cosas", añadió Flórez, para quien la soprano que le acompaña también le sigue el juego. "Es un papel que exige mucho de comedia".
Tras este paso por el Met, el peruano actuará en su país en "Guillermo Tell" (Rossini), luego irá a Madrid para participar en "Los Pescadores de Perlas" (Georges Bizet) y después retomará "Guillermo Tell" en Italia, antes de iniciar en el centro Barbican de Londres una "residencia", que incluye un concierto con orquesta, un recital con piano y una clase magistral, todo en una semana.
El repertorio de Flórez se centra en obras de Rossini, Bellini y Donizetti, las que mejor se ajustan a las características de su voz de tenor ligero, pero él cada vez se siente "más a gusto" con papeles que requieren "un poco más de heroísmo" en la voz y poco a poco está ampliando su repertorio a óperas que requieren "un poco más de tenor lírico", y con las que se encuentra "más a gusto" con el paso de los años.
El tenor peruano, que cumplió 40 años el pasado domingo, se propone a más largo plazo continuar con su carrera tal como se está desarrollando, pero también seguir con su fundación, "Sinfonía por el Perú", de orquestas infantiles y juveniles, "que está creciendo y que va a requerir" más de él.
Flórez se siente orgulloso de la tarea de la fundación, que más que formar músicos tiene "un programa social" en barrios desfavorecidos con la transformación de la niñez y la juventud "a través de la música".
Explica, por ejemplo, que los pequeños integrantes de la orquesta del Núcleo de La Victoria, "son las estrellas, son el orgullo" de la comunidad, y añade que eso es lo que se busca, que los niños sean "un ejemplo" que contagie al conjunto de sus barriadas. /EFE