En Táchira se reportó un caso llamado “Gomitas de la muerte”, cuando un sujeto fue capturado por las autoridades, acusado de distribuir dulces a niños, las cuales contenían marihuana.
Esto alertó a padres y representantes sobre quienes pueden andar en la calle con la intención de afectar a los menores.
Luis Godoy, investigador criminal, señala que este delito no es nuevo, debido a que hace 30 años se registró un caso particular, solo que para tal ocasión, el producto distribuido eran chupetas.
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El consultado señaló a 2001 que hay dos modus operandi para este tipo de venta de drogas.
El que involucra menores trata de una red de captura de “clientes potenciales.
"Clientes fijos"
Godoy, quien también trabajó varios años como comisario de la Policía Técnica Judicial (conocida actualmente como el Cicpc), expresa que los criminales tienen el fin de adentrar a los jóvenes al mundo del consumo de drogas, para que en un futuro sean "clientes fijos".
Explicó que la idea de traficarlo en dulces es que el niño entre en contacto con el sabor de una manera dulce para que desarrolle un gusto por él.
No obstante, Godoy resalta que está medida por parte de los proveedores “no es rentable” debido a que los pone al ojo del público debido a que muchos de los niños rechazan la golosina y se lo comenta a sus representantes, quienes pueden darse cuenta de que dicho producto contiene una sustancia ilícita.
El segundo modus operandi es el camuflaje, que no va dirigido directamente a los niños, sino a quienes consumen esta droga, que están muy al tanto de lo que compran.
De tal manera la distribución de dulces es clandestina y las fuerzas policiales no están enteradas.
Por su parte, el criminólogo Luis Vásquez explicó que, aunque la modalidad es vieja, el contenido que se distribuye es diferente.
Aseguró que para la década de los 80 y 90 la sustancia usada era LSD.
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Alerta
Vásquez expresó que las escuelas y los representantes deben estar alertas de lo que ocurre con los menores, donde frecuentan y quienes los rodean.
Para ello, a las autoridades les corresponde investigar y advertir a los centros educativos.
El criminólogo recordó que, para el año pasado, a un hombre en Zulia lo capturaron por distribuir galletas que contenían una droga mezclada en la azúcar.
Para prevención y detención, los representantes deben reportar el caso al Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas, donde la División contra Drogas hará un examen toxicológico para determinar que sustancia ilícita entró al cuerpo del menor.
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