La lectura le permite a los niños, ser capaces de comprender el sentido profundo del texto y saber elegir lo que se desea leer, siguiendo un criterio propio.
La lectura y si importancia
Existen diversos tipos de motivaciones, como animarlo de palabra a que lea, o hacer juntos una lista de varios temas que le podrían llamar la atención. Pero el objetivo es llegar a una motivación real, dándoles a conocer los libros que, de acuerdo a su edad e intereses, lo sumerjan en el maravilloso mundo de la lectura.
¿Cómo acertar a la hora de recomendar un libro a un niño?
Lo primero es tener en cuenta su nivel de comprensión lectora, sin dejar de explorar niveles ligeramente superiores, para proponerle retos asumibles. Entre las pautas más sencillas para introducir a los niños en la lectura, están:
– Los niños, especialmente los más pequeños, aprenden por imitación y, si no ven leer a los adultos, es muy difícil que adquieran el hábito. Da igual si leemos el periódico, novelas, o si les leemos a ellos en voz alta.
– Si optamos por leerles, hay que jugar con las voces, las entonaciones, y el énfasis en los diálogos para caracterizar a los personajes. Dar vida al cuento. Así estaremos creando recuerdos memorables en la mente de nuestros hijos.
– Dejar que los niños elijan sus propios libros y, si los hemos leído nosotros, comentárselos. Si ellos son los que deciden, seleccionarán libros que les interesan más, y les será más fácil leer, porque los propios contenidos pueden ser motivadores.
– Asociar la lectura con momentos positivos, como regalar libros en cumpleaños, Navidad, y otras ocasiones especiales.
– Cuando es el niño quien lee, hay que hacer que sea consciente de sus avances, y felicitarlo por ellos. Frases concretas como: “ya haces pausas en las comas, muy bien”, o “ahora lees más rápido”, los ayuda a observar su propia capacidad de aprender.
Importancia de la lectura
La lectura favorece un mejor desarrollo afectivo y psicológico, les da la oportunidad de experimentar sensaciones y sentimientos con los que disfrutan, maduran y aprenden.
Con los libros ríen, sueñan y viajan a otros mundos; comparten momentos gratos en familia, reforzando así el vínculo con los padres.
Leer en voz alta
La exposición temprana al lenguaje narrativo y poético, a los juegos de palabras y las rimas, contribuye a la comprensión de las estructuras profundas de la lengua materna. Antes de los tres años, a los niños les interesa más el sonido que el contenido, pero de alguna manera, ellos van interiorizando el lenguaje y los silencios.
Se aconseja leerles en voz alta, de esta manera comienzan a distinguir las letras, aumenta su conciencia fonológica, tienen mayor desarrollo del lenguaje oral, consiguen un vocabulario mayor y más rico; y, sobre todo, padres e hijos disfrutan de momentos inolvidables.
Dato:
El hábito de la lectura se contagia leyendo junto a los niños.
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