El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo, conocida por su capacidad para aumentar el estado de alerta y mejorar el rendimiento cognitivo. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que el momento en que se consume puede influir significativamente en sus efectos sobre el organismo.
Nuestro cuerpo sigue un ritmo circadiano regulado por la hormona cortisol, que se encarga de mantenernos alerta y despiertos de forma natural. Los niveles de cortisol alcanzan su punto máximo entre las 8:00 y las 9:00 de la mañana, por lo que tomar café en ese momento puede ser menos efectivo, ya que el cuerpo ya está en un estado de vigilia óptimo. Beber café cuando los niveles de cortisol son altos podría generar una tolerancia mayor a la cafeína, reduciendo sus efectos con el tiempo.
Los estudios sugieren que los mejores momentos para consumir café son entre las 9:30 y las 11:30 de la mañana, así como entre las 2:00 y las 5:00 de la tarde. Durante estas franjas horarias, los niveles de cortisol descienden, y la cafeína puede proporcionar un impulso adicional sin interferir con el ritmo natural del cuerpo.
Otro factor a considerar es el ciclo de sueño. Tomar café demasiado tarde en el día, especialmente después de las 6:00 p.m., puede alterar la calidad del descanso nocturno, ya que la cafeína puede permanecer en el cuerpo durante varias horas. Los expertos recomiendan evitar el consumo de café al menos seis horas antes de acostarse para minimizar sus efectos en el sueño.
Además, el consumo de café con el estómago vacío puede aumentar la producción de ácido gástrico, lo que podría causar molestias digestivas en algunas personas. Es recomendable acompañar el café con alimentos para mitigar este efecto.
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