El azúcar en sangre, también conocida como glucosa, es el principal tipo de azúcar que circula en la sangre y sirve como fuente de energía para las células del cuerpo. Proviene principalmente de los alimentos que contienen carbohidratos. El cuerpo regula los niveles de glucosa en sangre mediante la insulina, una hormona producida por el páncreas.
Cuando esta regulación no funciona correctamente, los niveles de azúcar pueden elevarse, lo cual es un signo de prediabetes o diabetes. Algunos síntomas comunes de azúcar alta en sangre incluyen sed excesiva, necesidad frecuente de orinar, fatiga, visión borrosa y pérdida de peso sin razón aparente.
Para saber si el azúcar en sangre está elevada, se pueden hacer pruebas como la glucosa en ayunas, la prueba de tolerancia a la glucosa o el análisis de hemoglobina A1c. Estas pruebas deben ser indicadas y evaluadas por un profesional de salud. Mantener una dieta equilibrada y actividad física regular ayuda a controlar los niveles.
Niveles normales de forma natural
La guayaba es una fruta tropical rica en nutrientes y compuestos bioactivos que pueden ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre, lo que la convierte en una opción beneficiosa para personas con diabetes o en riesgo de desarrollarla.
Uno de los principales mecanismos por los que la guayaba actúa en el control glucémico es su alto contenido de fibra dietética, especialmente en la pulpa y la cáscara. La fibra ralentiza la absorción de azúcares en el intestino, evitando picos bruscos de glucosa tras las comidas.
Además, la guayaba contiene antioxidantes como la vitamina C, flavonoides y carotenoides, que combaten el estrés oxidativo relacionado con la resistencia a la insulina. Algunos estudios también han señalado que los extractos de hoja de guayaba pueden inhibir enzimas como la alfa-amilasa y la alfa-glucosidasa, responsables de descomponer los carbohidratos, lo que reduce la velocidad con la que el azúcar entra en el torrente sanguíneo.
¡A comer guayaba!
Para aprovechar sus beneficios, se recomienda consumir la fruta fresca, con cáscara y semillas, ya que ahí se concentra gran parte de la fibra. Puede comerse como fruta entera, en ensaladas, batidos sin azúcar o como parte de un desayuno equilibrado.
También se puede preparar una infusión con las hojas, usada tradicionalmente en algunas culturas para controlar la glucosa. No obstante, es importante moderar el consumo y consultar a un médico, especialmente si se está bajo tratamiento farmacológico, para evitar interacciones o efectos inesperados.
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