La actriz cartagenera Lorna Cepeda, conocida mundialmente por su papel de Patricia Fernández en "Yo soy Betty, la fea", sorprendió al revelar su lucha emocional mientras ejercía como psicóloga. En una entrevista con Sensacine, confesó que, aunque se graduó en la Universidad del Norte en 1997, su vocación se truncó al enfrentar el impacto emocional del trabajo clínico. "Terminé, me gradué, pero esa plática se perdió", admitió con ironía.
Destaca que solo aguantó seis meses en la profesión. Su sensibilidad ante el sufrimiento ajeno, especialmente con niños, la llevó a un colapso: "Me iba bien, pero eso es muy emocional... no lo logré porque me afectaba un montón". Durante ese breve ejercicio profesional, Cepeda experimentó un episodio depresivo severo que duró cuatro meses, aunque entonces no lo identificó como tal. "Hoy sí diría que tuve una depresión", reconoció, explicando que en esa época el tema de la salud mental era menos discutido.
La intensidad de su tristeza —ajena a su carácter habitual— la obligó a abandonar la psicología: "Estuve muy afectada y... lo dejé". Este giro marcó su destino, pues poco después iniciaría su carrera actoral en series como "Padres e hijos" (1997), donde mintió sobre su experiencia para obtener el papel.
Tras formarse con maestros como Alfonso Ortiz y Vicky Hernández, alcanzó la fama en 1999 con "Betty, la fea", un personaje que le valió premios. Curiosamente, su habilidad para interpretar roles cómicos contrasta con su fragilidad ante el drama real. "Soy muy extrema: o muy tranquila o muy afectada", confesó en otra entrevista, revelando cómo la espiritualidad y su familia la ayudaron a superar crisis posteriores, incluido un cáncer de piel en 2016. Hoy, a sus 54 años, Cepeda reflexiona sobre ese periodo con humor y lucidez.
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