Este Domingo de Pascua 2025, el Papa Francisco se dirigió a una multitud de más de 35.000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, desde el balcón central de la Basílica.
“Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua!”, dijo el Sumo Pontífice.
De acuerdo con Vatican News, el tradicional mensaje pascual de este año fue leído por Monseñor Diego Ravelli, Maestro de las Celebraciones Litúrgicas.
A pesar de los problemas de salud que ha enfrentado el Papa Francisco en los últimos meses, este gesto lleno de fervor marca las celebraciones por la Resurrección de Cristo y la fortaleza que ha tenido que enfrentar el Pontífice.

La bendición "Urbi et Orbi", tras la santa misa presidida por el Cardenal Angelo Comastri, fue el punto culminante de la ceremonia para los fieles presentes en Roma y los millones de personas que se unieron a la transmisión en el mundo entero.
El Papa Francisco hizo un llamado a la paz mundial
En el mensaje leído por Monseñor Diego Ravelli, el Papa Francisco hizo un llamado a la paz mundial, con especial énfasis en las zonas de conflicto como Gaza.
"¡Cuánta voluntad de muerte vemos cada día en los numerosos conflictos que afectan a diferentes partes del mundo! Cuánta violencia percibimos a menudo también en las familias, contra las mujeres o los niños. Cuánto desprecio se tiene a veces hacia los más débiles, los marginados y los migrantes", mencionó el Papa.
En su discurso, también exhortó a los presentes a recordar que "todos somos hijos de Dios", y que hay que recobrar la esperanza y confianza en los demás, incluso de aquellos que provienen de tierras lejanas.
"Donde el terrible conflicto sigue llevando muerte y destrucción, y provocando una dramática e indigna crisis humanitaria", expresó.
A su vez, afirmó con total claridad que "la paz no es posible sin un verdadero desarme" y se solidarizó con el sufrimiento de los cristianos en Israel y Palestina.
De acuerdo con Vatican News, pidió orar por las comunidades del Líbano y de Siria, que "ansían la estabilidad y la participación en el destino de sus respectivas naciones".
Según el Sumo Pontífice, la Pascua invita a todos sus fieles a derribar las barreras que crean división y a hacernos cargo los unos de los otros.
"La exigencia que cada pueblo tiene de proveer a su propia defensa no puede transformarse en una carrera general al rearme", dijo el Papa.
También aprovechó la oportunidad para dejarles un mensaje a los líderes mundiales, a nunca debilitar el principio de humanidad como eje del deber cotidiano y exhortó a utilizar la fecha Santa para "liberar a los prisioneros de guerra y a los presos políticos".
"No podemos permitirnos olvidar que lo que está en la mira no es un mero objetivo, sino personas con un alma y una dignidad", expresó. "Allí donde no hay libertad religiosa o libertad de pensamiento y de palabra, ni respeto de las opiniones ajenas, la paz no es posible".
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