Según información publicada en el portal web de Nuevo Herald, el sociólogo venezolano Roberto Briceño León que ha estado estudiando la violencia en Venezuela por mas 30 años, sostiene que los Estados Unidos están interpretando equivocadamente las características de los miembros del Tren de Aragua:
Las pandillas venezolanas no se identifican con tatuajes, están arraigadas en otros elementos: el área donde viven, el barrio de donde provienen y la figura de un líder, señaló Briceño.

Todos los latinos no son mexicanos
Ronna Rísquez, periodista que ha seguido las actividades de la pandilla durante años y autora del libro "Tren de Aragua: La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina" sostiene que el tratamiento que Estados Unidos da a los venezolanos con tatuajes refleja una concepción equivocada de la necesidad de estandarizar a los criminales:
Tener un tatuaje no es obligatorio para ser miembro del Tren de Aragua, ni es un factor determinante para saber si alguien pertenece a la pandilla. Para las autoridades estadounidenses, todos los latinoamericanos —y todas las pandillas latinoamericanas— son iguales: si todos los latinos son mexicanos, y todas las pandillas latinoamericanas son como MS-13, dijo Risquez.
Ser migrante no es un delito
Rísquez, dijo que Estados Unidos necesita modificar su enfoque para identificar posibles miembros del Tren de Aragua y que, en lugar de centrarse en tatuajes, las autoridades de inmigración deberían enfocarse en actividades criminales y tácticas.
El verdadero peligro radica en lo que está ocurriendo ahora: la criminalización de la migración venezolana. Este tema del Tren de Aragua se está utilizando para justificar medidas extremas. Resulta bastante grave porque no solo afecta al grupo criminal, sino que impacta a todos los venezolanos”.
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